6 de ENERO 1962 – LA AVIACIÓN NAVAL, PIONERA EN EL POLO SUR

Tres vistas de color elegido por la Aviación Naval, para configurar los aviones Douglas C-47 (CTA-12 y CTA-15) en su primer vuelo al Polo Sur.

Vuelo al Polo Sur (1962)

Para la Campaña Antártica 1961/62 la Armada Argentina requería información aerofotográfica y científica de la zona sur de Ellsworth y Belgrano hasta la máxima latitud posible, que sirviera en apoyo de las navegaciones glaciológicas realizadas en aquella zona por el rompehielos A.R.A. «Gral. San Martín», además de incrementar el conocimiento del sector antártico argentino.

Dentro de los lineamientos generales trazados coordinadamente entre el Comando de Operaciones Navales y el Grupo Naval Antártico se designaba como encargado de conformar la Unidad de Exploración y Reconocimiento Aerofotográfico, como se conocería a partir de ese momento a la 1ª expedición argentina al Polo Sur, al Comando de Transportes Aeronavales, con asiento en la Base Aeronaval Ezeiza, siendo su comandante el Capitán de Fragata Hermes Quijada.

Este comando estaba equipado con los veteranos Douglas DC-3/C-47, entre los de su dotación fueron seleccionados para la tarea, los matriculados como CTA-12 y CTA-15, estos inmediatamente se sometieron a trabajosas adaptaciones técnicas para obtener el máximo potencial posible de ellos. Uno de los mayores problemas, que se presentaron en la organización fue la escasez casi total de cartografía de la zona a explorar, que resultaba primordial para llevar a cabo la derrota prevista, esto obligo a realizar una ardua tarea de compilación de información para confeccionar una carta de vuelo.

Concluido el alistamiento del personal y las maquinas, tras una sencilla ceremonia el día 5 de Diciembre de 1961 emprendieron el vuelo desde la Base Aeronaval Ezeiza, hacia la Estación Aeronaval Río Gallegos a donde arribarían al finalizar el día.

Luego de dos infructuosos intentos, se presentaron las condiciones meteorológicas como para iniciar el salto al continente antártico por sobre el Pasaje de Drake con destino al Campo Auxiliar Capitán Campbell en la Isla Robertson de la Península Antártica luego de 8 hs. 17 min., volando a una velocidad de 115 nudos y a tan solo 100 pies de altura, con el apoyo tan solo meteorológico del DC-4 matricula CTA-2 y el rompehielos A.R.A. «Gral. San Martín», se cubrieron las 860 millas náuticas que separaban a estos dos puntos de la 1ª etapa. Así por primera vez un avión une el continente Americano con el Antártico.

Allí la tarea para establecer el campamento donde se alistarían las maquinas y las tripulaciones para proseguir el vuelo, fue ingente.

Una vez que estuvieron listos y que el rompehielos garantizo, buen tiempo sobre la ruta y que las condiciones del hielo fueron aseguradas con vuelos realizados por los Beaver IAA-101 y 6-G-1, del Grupo Aeronaval del A.R.A. «Gral. San Martín», se reanudo el vuelo, despegando de Campbell con ayuda de tres cohetes «JATOs» el 26 de Diciembre. Iniciando de esta manera la segunda etapa que representaban 930 millas hasta la Estación científica Internacional Ellsworth, para lo cual debieron penetrar el Mar de Weddell y la Barrera de Filcher, en donde las espesas nubes los hicieron ascender a 12.000 pies, sin embargo, esto no impediría realizar un excelente relevamiento aerofotográfico y cartográfico. Una vez sobre la Bahía Austral divisaron la estación a donde arribarían luego de 9 hs. de vuelo.

La partida estaría limitada por el «emblanquecimiento», fenómeno que se produce cuando los rayos de sol se refractan entre las nubes bajas y la superficie cubierta de nieve con lo cual la visión se vuelve completamente blanca, desapareciendo las sombras y se pierde toda sensación de «arriba» y «abajo», impidiendo el desarrollo normal de cualquier operación.

A partir de allí la operación continuaría sin ningún tipo de apoyo logístico, ya que el rompehielos había quedado apresado como consecuencia de la gruesa capa de hielo, con lo cual no tendrían el combustible necesario para cubrir la tercera etapa, ello se solucionó utilizando el remanente de la campaña antártica anterior que había quedado en la estación, allí abordaron cuatro científicos estadounidenses que debían ser relevados por el A.R.A. «Gral. San Martín» y que producto de su varadura, los acompañarían hasta la Estación Amundsen-Scott, desde donde serían evacuados a la Base MacMurdo y luego a Nueva Zelanda.

Recién el 6 de Enero pudieron despegar para cubrir las 740 millas náuticas finales, El vuelo se realiza sobre el casquete polar, teniendo hielo y cielo como única visión, las tripulaciones se encontrarían a lo largo de todo el recorrido muy ocupadas, producto de las permanentes verificaciones del rumbo que debían hacer manualmente ya que ninguno de los tres equipos utilizados funcionaba correctamente, controlando el consumo de combustible e intentando establecer comunicación con la Estación Amundsen-Scott. La primera sección se desarrolló a 3.300 pies, sin embargo, unas horas más tarde cuando dejaron de apreciarse accidentes geográficos ascendieron a 9.000 pies.

Las condiciones dentro de la cabina eran extremas ya que en la sección delantera se mantenían los cálidos 15ºC, mientras que en la trasera se reflejaba la temperatura exterior, con –40ºC bajo cero.

Ya próximos al Polo los problemas se presentaron, al no poder establecer contacto con el sistema de posicionamiento de la Estación Amundsen-Scott, por ello en un momento ambos aviones sobrevolaron la misma sin avistarla, como consecuencia de la gruesa capa de nieve que la cubría y la dificultad en la observación, así comenzó una trabajosa tarea de búsqueda que se dio por finalizada al localizarla, y aterrizar tras 8 hs. de vuelo.

Siendo recibidos gentil y jubilosamente por el personal científico allí apostado y el de la Base MacMurdo que se había movilizado especialmente para esta preciada ocasión, coronada por un espléndido sol que describía sobre el horizonte toda su órbita completa. Se desarrolló una emotiva ceremonia y comida, en donde participaron los científicos de varios países y el personal argentino y en donde se haría honores por parte de la Aviación Naval de la Armada Argentina a la Estación científica Amundsen-Scott en conmemoración de su primer vuelo y del cincuentenario de la llegada al Polo Sur. Posteriormente se enarboló el pabellón nacional en el mástil ubicado en el Polo Sur y las tripulaciones pudieron dar alrededor de él, la vuelta al mundo en un par de segundos.

Rápidamente se iniciaron los preparativos para el regreso, pero producto de la varadura del rompehielos, el combustible necesario no se hallaba disponible, sin embargo, esto pudo superarse al ser suministrado por el personal de MacMurdo, otra dificultad se presentó al congelarse los motores, hecho que se solucionaría mediante el empleo de aire caliente. Los aviones fueron configurados con la carga completa, lo que determinaba un peso excesivo de 33.000 libras que hacían allí a 3.000 metros de altura improbable el despegue, por más ayuda que brindaran los «JATOs». Sin embargo, esto no fue así y luego de una interminable carrera de despegue emprendieron el regreso. Abordando en Campbell el personal terrestre de apoyo que se había desplazado hasta ese momento a bordo del rompehielos A.R.A. «Gral. San Martín».

Un pingüino gaucho, sobre un témpano y famoso «Total para qué…» (te vas a preocupar), pintado en el morro de los aviones Navales.

El día 22 de Enero de 1962, al aterrizar ambas unidades en el Aeropuerto «Jorge Newbery» de la ciudad de Buenos Aires, se daba por finalizada la proeza, que metódica y calladamente fue llevada a cabo para que la Nación Argentina en primer término, y luego su Armada y su Aviación Naval, tuvieran este nuevo laurel para ser colocado en el escudo de sus glorias. Este vuelo además de conformar un hito a nivel mundial, significo un valioso aporte al campo científico, permitió llevar a cabo posteriormente la ruta que uniría a América del Sur con Australia y Nueva Zelanda y demostró la madurez operativa de la Aviación Naval, en una época en que ya existían medios de posicionamiento estelar, sistemas de navegación avanzados y poderosos aviones como los C-130 Hércules y Super Costellation, empleando la Aviación Naval Argentina antiguos y escasos medios, pero con una gran cuota de voluntad, profesionalismo y esfuerzo por parte de la inmensa cantidad de personal que tuvo activa participación en la concreción de tan magnifica empresa.

Es digno de mención, destacar que aquella enseña Patria enarbolada en el Polo Sur, se encuentra bajo custodia en el Monumento a la Bandera en la ciudad de Rosario, como símbolo de entrega a la Patria.

El avión Naval CTA-15, alistándose para el despegue en el Polo Sur

La Unidad de Exploración y Reconocimiento Aerofotográfico estuvo así formada:

Personal de vuelo:

Comandante: Capitán de Fragata Hermes QUIJADA

Jefe de Operaciones: Capitán de Corbeta Pedro MARGALOT

Ingeniero de Vuelo: Capitán de Corbeta Rafael CHECCHI

Douglas C-47 Avión (CTA-12):

Piloto: Teniente de Fragata Miguel GRONDONA

Copiloto: Teniente de Corbeta José PEREZ

Tripulación:

Suboficial 1º Aer. Mec. Edmundo FRANZONI, Cabo 1º R.T. Gabino ELIAS.

En este avión viajaron el CF QUIJADA y el CC MARGOLOT.

Douglas C-47 Avión (CTA-15)

Piloto: Teniente de Navío Jorge PITTALUGA

Copiloto: Teniente de Fragata Héctor MARTINI

Copiloto: Teniente de Fragata Enrique DIONISI

Tripulación:

Cabo Principal Aer. Mec. Raúl RODRIGUEZ, Cabo 1º R.T. Raúl IBASCA.

En este avión viajo el CC CHECCHI.

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Personal de Apoyo:

Avión DC-4 CTA-2 – Piloto: Capitán de Corbeta Edmundo ACUÑA

Rompehielos A.R.A. «General San Martín» Comandante: Capitán de Fragata Fulgencio RUIZ

Unidad de Apoyo en el Campo Auxiliar Capitán Campbell:

Jefe: Teniente de Fragata Medico Pedro BAEZA

Técnico José DI PAOLA

Técnico J.C. MURRAY

Técnico Carlos GROSSO

Técnico Virgilio FONTANA

Técnico S. BRUNO

Técnico J. VEGA

Técnico J. ZELAYETA

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Y cientos de hombres que brindaron apoyo directo en el rompehielos, las bases y estaciones, que debiéramos citar y que no hacemos, no por olvido o descuido sino por la extensión que esta representaría.

Fuente: MUSEO DE LA AVIACIÓN NAVAL (MUAN)

Publicado por prensaohf

Periodista y Corresponsal Naval.

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