
Fuente: Ministerio de Defensa República Argentina – Publicado el jueves 20 de enero de 2022
El ministerio de Defensa que conduce Jorge Taiana informa que, a partir del 1 de enero de 2022, el Comando Conjunto Marítimo, bajo dependencia orgánica del Estado Mayor Conjunto, a través del Comando Operacional de las Fuerzas Armadas, asumió la conducción de las operaciones de vigilancia y control de los espacios marítimos y fluviales de jurisdicción nacional, a fin de custodiar los intereses soberanos de la Argentina en el Mar.
En este contexto, y cumplimentando el Convenio Marco de Coordinación y Cooperación entre los Ministerios de Defensa y Seguridad, el pasado fin de semana zarpó el Patrullero Oceánico A.R.A. “PIEDRABUENA” de la Armada Argentina con personal del Ministerio de Defensa, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y de la Prefectura Naval Argentina a bordo.
Esta Unidad actualmente se encuentra desarrollando operaciones de vigilancia, control y monitoreo de la flota pesquera extranjera en la zona adyacente a nuestra zona económica exclusiva, junto a una aeronave Beechcraft B 200 de la Escuadrilla de Vigilancia Marítima.
Al respecto, el ministro de Defensa Jorge Taiana señaló: “El Comando Conjunto Marítimo es fundamental para avanzar en la integración de las tres Fuerzas en las tareas de defensa de los intereses soberanos de la Argentina en el mar. Estamos reforzando nuestras capacidades operativas para un mejor patrullado marítimo de la ZEE y de la zona de intereses marítimos; cuidado de los recursos renovables y no renovables del mar y el cumplimiento de compromisos internacionales referentes a la capacidad para brindar apoyo a la salvaguarda de la vida humana en el mar y el mejoramiento del apoyo a las Bases Antárticas”.

Misión y funciones del Comando Conjunto Marítimo:
Fue creado el 23 de febrero de 2021 mediante Resolución 244/2021, bajo dependencia orgánica del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas a través del Comando Operacional de las Fuerzas Armadas, ante la necesidad de contar con un organismo encargado de conducir en forma permanente las operaciones de vigilancia y control en los espacios marítimos y fluviales.
El CCM entre otras funciones asignadas, interviene en el planeamiento y ejecución de tareas de búsqueda y rescate en los espacios marítimos y de las tareas de control de tránsito marítimo en la zona del Atlántico Sudoccidental y Austral.
En este sentido, cumple un rol clave en el ejercicio de los derechos soberanos, garantizando la protección de los recursos naturales en el mar y el monitoreo del cumplimiento del marco legal vigente en las Áreas Marinas Protegidas.
El cumplimiento del convenio interministerial antes mencionado permite el control de la actividad de pesca en nuestra zona económica exclusiva y adyacente a la misma mediante el patrullado permanente y alternado con Prefectura Naval Argentina.

Derecho Internacional del Mar:
El presente de la fascinante historia humana en el planeta se define no sólo por su carácter completo y altos niveles de incertidumbre, sino también por generar percepciones diversas y, en oportunidades contradictorias.
Así confluyen en nuestros espíritus los temores ante letales amenazas, con las esperanzas de una evolución hacia un mundo mejor caracterizado por la armonía solidaria y el bien compartido.
Ante el constante flujo de noticias alarmantes y presagios negativos, es menester valorizar la brillante etapa de ciencia avanzada que vivimos y también la importancia de hechos protagonizados por la comunidad global hacia un esperanzado devenir.

Un ejemplo lo constituye sin duda, los extraordinarios progresos hacia la paz y la evolución alcanzadas en el contexto de la convención internacional sobre el derecho del mar. Luego de largas jornadas se alcanzó un marco jurídico justo y equilibrado entre los más variados intereses respecto a la utilización de los espacios marítimos y la explotación racional de sus recursos.
Ello ocurre en un período histórico en que sociedades y naciones han comprendidos que mares y océanos han trascendido su condición de medios para proyectar poder, influencia y expansión económica. También se ha comprendido que los extensos ámbitos marítimos se han convertido en un fin en sí mismos, que por sus riquezas extraordinarias que los caracterizan como el reservorio indudable de la supervivencia futura de la vida en el planeta.
El nuevo derecho del mar ha determinado zonas marítimas vitales para todas las sociedades del planeta, aun las que por condicionamientos geográficos carecen de costas propias.
Esta naciente jurisprudencia constituye un ejemplo de equidad y equilibrio hacia el bien común y al beneficio compartido.
Así, nuestra república asume elevados deberes y derechos ante la comunidad internacional respecto a los valiosos recursos de todo orden en extensiones marítimas cuya superficie supera nuestra argentina continental. Nuestra plataforma es la cuarta en el planeta, por su extensión (aprox. 2.800.000 km cuadrados). Es prácticamente igual a nuestra extensión territorial. Si los mares descendieran unos 200 metros, tendríamos dos argentinas.
Desde las costas nacionales, a partir de la línea de las más bajas mareas y hasta las 12 millas, se extiende el mar territorial. En estos espacios, la soberanía propia es total como si fuera parte del territorio nacional con excepción del tránsito inocente.
La llamada zona contigua constituye también una franja de control y protección de esta soberanía excluyente.

Más allá, hacia la inmensidad marina, se encuentran dos áreas específicas de gran importancia estratégica y económica.
Ellas son la zona económica exclusiva (ZEE) y la plataforma continental. La primera se extiende hasta las 200 millas de la costa, donde la soberanía nacional es específicamente sobre los recursos naturales de todo tipo en aguas y fondos marinos. Ello significa que se trata de espacios marítimos y aéreos de carácter internacional con soberanías específicas sólo sobre los recursos naturales.
Ello otorga a nuestro país claros derechos de propiedad sobre las riquezas marinas, pero también definidas obligaciones respecto a la explotación y cuidado del ambiente marino y sus ecosistemas.
De no asumir esas responsabilidades, la comunidad internacional tendrá derecho de injerencia en toda esa problemática, con gran perjuicio a las futuras generaciones de argentinos.
Criterio similar se observa respecto a la plataforma continental, donde la soberanía específica es sobre los recursos de fondos y subsuelos marinos.
Pero la República Argentina posee una característica de gran valor. Posee una plataforma continental que se cuenta entre las más extensas del planeta. Gran parte de la ZEE se encuentra sobre la plataforma mencionada, donde por su escasa profundidad y mayor incidencia de la luz solar se encuentran las mayores y más variadas riquezas itícolas. Significa que nuestra ZEE está entre las más ricas del mundo.
Nuestra nación enfrenta una clara responsabilidad internacional que condicionará nuestro futuro. Ella es la preservación y garantía de nuestros recursos. Asimismo, la Armada es la representante del estado en los espacios marítimos, y con énfasis especial en aquellos de carácter internacional y a su vez, de interés nacional.
Armónicamente con la política de estado que fija como fundamental ejercer la disuasión creíble ante las diversas amenazas, la armada ejerce el control del mar y constituye la garantía de los recursos naturales y el interés nacional en todos los espacios que nos asigna la legislación internacional y las decisiones políticas del gobierno argentino.
Los medios de la Armada deben afrontar en forma permanente una tarea de todo tiempo y circunstancias, aún en las épocas de paz y distensión internacional.
El control del mar, la preservación de los recursos y la legalidad internacional son responsabilidades trascendentes de la Armada, de carácter permanente y necesidad constante.

Por dichas razones, la presencia de los medios navales en los espacios de interés nacional, se materializa con las constantes patrullas.
Buques de superficie, aeronaves y sofisticados medios de localización y control de posibles protagonistas ilegales de nuestros mares, son imprescindibles en estas misiones necesarias para la nación.
Nos encontramos en una época no sólo caracterizada por tendencias globalizadoras sino también por una creciente delimitación de los espacios marítimos.
Por ambas razones es fundamental conciliar los propios intereses con el bien común de la humanidad.
En síntesis, debemos constituirnos en protagonistas activos en la protección de nuestros recursos e intereses vitales, con un sentido digno, pero a su vez cooperativo e integrador.
Sólo así, en permanente acción de garantía y salvaguardia, seremos merecedores de interactuar, con derecho propio, en un mundo futuro donde la equidad y el bien compartido sean las virtudes comunes.