
Único aviador de combate residente en Mar del Plata, derribado durante el conflicto del Atlántico Sur por las Islas Malvinas.
Dado el 40 Aniversario de la recuperación de nuestras Islas Malvinas, la Delegación Mar del Plata del Instituto Aeronaval, organizó tres actos, los días 20 y 21 de Mayo, para honrar la memoria del Tenientes de Navío (Post Mortem), Marcelo Gustavo Márquez.
El día viernes 20 de Mayo, el Instituto Aeronaval, pudo cerrar una vieja deuda con el Escuela de Educación Secundaria Técnica N°3 “Domingo Faustino Sarmiento”, donde el Teniente Márquez había recibido instrucción secundaria, antes de su ingreso a la Escuela Naval Militar.
Gracias a la gestión del Ing. Luis Gáspari (ex docente del establecimiento) y el apoyo incondicional de la directora del establecimiento educativo, Ing. Andrea Tucat y de la Jefa del Área Taller, María Montoya se pudo concretar el descubrimiento de una placa que, recuerda la calidad de ex alumno del Teniente de Navío Marcelo Gustavo Márquez.
Asistieron, la Delegación Mar del Plata de Infantes de Marina, los hermanos, Claudia y Mariano Márquez, docentes, alumnos y ex docentes de la Escuela Técnica, representantes del Instituto Aeronaval y compañeros de la Promoción 103 de la Escuela Naval Militar, junto a invitados especiales.
Lego del ingreso de los abanderados y del ingreso de la bandera de la Delegación Mar del Plata de la Infantería de Marina, se proyectó un video institucional sobre el Teniente Márquez.
Los alumnos de Literatura, preparados por la docente Gladys Gattari, leyeron muy sentidas palabras sobre el Conflicto Malvinas, ellos fueron: Miqueas Cortés; Daiana Puerta Andelo; Matías N. Guerrero; Sayra Ayelén Almada.
El Jefe de la Delegación local del Instituto Aeronaval, CN VGM (RE) Daniel Alberto Marinsalta, leyó una muy emotiva alocución sobre la condición de Héroe del Teniente de Navío Márquez, ex alumno de esa prestigiosa escuela técnica de Mar del Plata.



Palabras en homenaje al TN (PM) Marcelo Gustavo Márquez (20 mayo 2022)
CN VGM (RE) Daniel A. Marinsalta (Instituto Aeronaval)
Las acciones heroicas ya sea individuales o colectivas de los que combatimos en Malvinas no son un relato, están suficientemente documentadas y hay pruebas y testimonios que avalan dichas acciones.
La guerra es producto del fracaso de la diplomacia, es algo terrible y extremo. En este contexto algunas personas tienen la capacidad de llevar a cabo acciones de grandeza y coraje que nunca hubieran imaginado y otras solo pueden poner en evidencia su cobardía y mezquindad.
Un héroe es aquella persona común que realiza una acción extraordinaria enfrentando situaciones extremas para el logro de un objetivo superior. El héroe es la encarnación de los ideales en torno de la virtud. Es el referente que nos guía a ser mejores.

El Teniente Márquez abrazó una vocación y lo hizo con pasión extrema. Siempre quiso dominar el viento como navegante en un velero o controlando el vértigo de un avión.
Su acto de entrega fue total, nunca olvidaremos su acción heroica que, con valor y firmeza, alertó a los otros integrantes de la sección, de la presencia de aviones enemigos.
Quiero dar mi visión del héroe que hoy nos convoca: un ser humano excepcional, de espíritu rebelde y apasionado, excelente profesional, alegre, ocurrente, humilde y generoso. Pero por encima de todo destaco su bondad, que es una de las cualidades que mejor reflejan la esencia humana.
Hoy a Marcelo, lo conozco mucho más, este conocimiento me produce admiración, respeto, afecto e identificación como marino y como ser humano.
Recordamos a un marino que por sus valores es un orgulloso heredero del legado del Almirante Brown. Nadie es un héroe por sus propias acciones, se convierte en héroe en la medida que es reconocido por otros y es este reconocimiento el que lo consagra como tal. No dejemos que el olvido se lleve el recuerdo de un gran hombre, que su ejemplo ilumine a futuros hombres de bien.
La Argentina tiene héroes, algunos caminan entre nosotros y otros permanecen en tierra malvinera o en las frías aguas del Atlántico Sur como custodios de nuestra soberanía.
¡Honor y Gloria a los 649 héroes de Malvinas…!
Muchas gracias.


La ceremonia cerró con la lectura de la “Oración a Nuestros Aviadores”, leída por Claudia Márquez, hermana del héroe de Malvinas.

ORACION A NUESTROS AVIADORES
Señor, guarda y guía
a nuestros hombres que vuelan
en el inmenso espacio de tu cielo.
Señor, ve siempre en el aire con ellos,
guíalos a través de las oscuras tormentas
y entre la brillante luz del Sol.
Señor, escúchanos al elevar esta plegaria,
oramos por aquellos que defienden este cielo.
Por aquellos pioneros que nos enseñaron
que hay caminos en ese celeste infinito
y en su temprano intento,
plegaron para siempre sus alas.
Señor, te pedimos la fuerza del recuerdo,
por nuestros camaradas y hermanos que,
defendiendo nuestro mar y nuestro suelo,
cayeron para siempre desde el cielo Malvinero.



El sábado 21 de Mayo, día en que aconteció el derribo sobre el Canal San Carlos, del Teniente de Navío (Post Mortem), Marcelo Gustavo Márquez, con la presencia de Aviadores Navales y Mecánicos, de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Ataque (EA33), se realizaron dos actos. Uno estrictamente militar, en la Base Naval Mar del Plata y otro en el Aeroclub Mar del Plata que, desde 1987, posee como “Guardián de Puerta”, un avión Douglas A-4Q “Skyhawk” con la matrícula (3-A-314) que identifica al Teniente Márquez, el día que fue derribado.
En la Base Naval Mar del Plata:
Una ceremonia presidida por el Sr. Comandante del Area Naval Atlántica, Contralmirante Marcelo Luis Fernández, toda su Plana Mayor, en estricta formación militar, se realizó esta ceremonia conmemorativa que, contó los integrantes, pilotos y mecánicos de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque (EA33) a la que estaba incorporado el Teniente Márquez.
Las palabras estuvieron a cargo del Sr. Vicealmirante VGM (RE) Benito Italo Rotolo, Aviador Naval, integrante de la segunda sección reforzada que, atacó la Fragata británica HMS “Ardent” quién expresó:

Alocución del Sr. Vicealmirante VGM (RE) Benito Italo Rótolo:
Hace 40 años, el 21 de Mayo de 1982 seis aviones, A-4Q pertenecientes a la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque (EA33) que habían despegado de la Base Aeronaval de Río Grande, cerca de las 14:00hs, atacan la Fragata HMS “Ardent” en el Estrecho San Carlos (Islas Malvinas), separados en dos secciones reforzadas de tres aviones cada una.
En esa acción se lanzan 24 bombas de 500 libras, con cola frenada, en reguero y vuelo rasante, y por impactos de ambas secciones, el buque resulta severamente dañado, hundiéndose horas más tarde, luego que, su tripulación debió abandonarlo.
Esta forma de ataque, practicado por años con los buques de nuestra Flota, en las sucesivas “Etapas de Mar y desde nuestro portaaviones, tal como estaba previsto el 1° y 2 de Mayo, cuando estuvimos en contacto con la Flota británica, había cumplido con la probabilidad prevista, tanto a favor, como también en contra, ya que ese día perdimos tres aeronaves.
Tal como se conoce en las efemérides navales, la primera sección, luego de sus lanzamientos, es atacada por una patrulla de dos aviones “Sea Harriers” derribando con un misil, al avión del CC Philippi que lo obliga a eyectarse. Una ráfaga de cañones impacta sobre el avión del TF Márquez, cuando estaba entrando en combate para neutralizar el ataque, y el TN Arca recibe serios daños con cañones enemigos, quedando imposibilitado de volver al continente, e dirige a Puerto Argentino donde se eyecta y es rescatado posteriormente, por un helicóptero del Ejército Argentino.

La segunda Sección, integrada por el TN Rotolo, el TN Lecour y el TN Sylvester, a pesar de un intenso fuego antiaéreo, de artillería y misiles por los bques circundantes y posiciones en tierra, logra hacer sus lanzamientos y escapar por los relieves geográficos de la Isla Gran Malvina, donde una vez reunidos, inmediatamente comenzaron el ascenso por la falta de combustible, teniendo una gran exposición en altura a los misiles “Sea Dart”, aunque felizmente, ese riesgo no se concretó.
No puedo olvidar de marcar la tarea de dos aviones S-2E Tracker de la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina que, reconocieron la ruta de nuestros aviones y prestaron apoyo SAR y de comunicaciones para nosotros. El primer vuelo lo realizaron desde Río Gallegos, a las 10:46hs con el TF Ottogalli y el TF Sanguinetti, aterrizando en Río Grande con muy bajo nivel de combstible. El segundo vuelo, despegó desde Río Gallegos a 13:17hs con el TN Ferrer y el TF Marinsalta, quienes a 15:15hs tuvieron contacto radial con los aviones A-4Q de la Segunda Sección, aterrizando luego en la Base Aeronaval de Río Grande.
Acercándonos a unas 100 Millas de la Base Aeronaval Río Grande, nos preguntan por la Primera Sección y la respuesta, difícil y con mucho dolor, fue: “ya no los esperen”.
Aterrizamos con escaso combustible, y al bajar de los aviones mucha gente, pilotos y mecánicos vinieron a saludarnos, mientras observábamos con gran tristeza las escaleras en el piso en cada plataforma de los aviones que no volvieron. En ese momento no teníamos información de lo ocurrido a la Primera Sección. Recordando al buque atacado rodeado de explosiones y fuego nos dimos cuenta que habíamos vivido algo impensado por nosotros, estábamos frente a una guerra que con su crueldad ya nos había atrapado a todos.
Ese día hubo muchas incursiones aéreas cuando se despejó parcialmente la niebla en el Estrecho de San Carlos. Con nubes bajas, chubascos, y rayos de Sol, mezclados con los lanzamientos de misiles y artillería formaban un dantesco espectáculo bélico en la zona de desembarco que los británicos bautizaron “The Bomb Alley” (el callejón de las bombas).
El esfuerzo realizado desde el 2 de Abril, donde solo se contaba con tres aviones en servicio y cinco pilotos había tenido su recompensa. En menos de 20 días se pudo completar una dotación de 12 pilotos y 8 aviones en servicio, que no estaban en óptimas condiciones de vuelo, pero la determinación de participar, desde el Comandante, los pilotos y el excepcional entusiasmo del personal, permitió que esta unidad, entrara en combate.
Fue el trabajo de un gran equipo, que aceptó permanentes desafíos y limitaciones con la convicción de estar presentes y fue así que después de las misiones del día 21 y 23 (de Mayo), por las pérdidas recibidas, con apenas dos aviones en servicio, continuaron las salidas hasta el final del conflicto.
La Fragata HMS “Ardent” fue el segundo buque hundido por aviones de la Armada después del destructor HMS “Sheffield”. Su Comandante que, visitó nuestro país veinte años después, confirmó que luego de otros ataques sufridos ese día, fueron los aviones navales los que sellaron la suerte de su buque, que terminó en el fondo de las frías aguas de Estrecho.

La misma noche del 21, supimos que Arca estaba bien, días después nos enteramos de la supervivencia de Phiippi y el fallecimiento del TF Márquez, noticia que nos conmovió profundamente. Con mucha tristeza resultó difícil admitirlo, pero nos dejaba un gran ejemplo, n camino a seguir para los días que vendrían y las dificultades que enfrentaríamos. Márquez que tanto había bregado por pertenecer a esta unidad, la honraba nada menos que, con su entrega en combate, vaya privilegio al que pocos hombres pueden aspirar.
Se había ganado un gran lugar entre nosotros por su espontaneidad y alegría con la que disfrutaba la actividad naval. Tenía la mayor de las riquezas de la vida, una extraordinaria calidad humana.
Llegó a nuestra unidad irradiando entusiasmo, dedicación y un gran espíritu de equipo. Compartimos con él, toda su etapa de preparación en el avión A-4Q y pudimos conocerlo muy bien. Profundo, sensible, jovial y de gran humor, valiente, amante de los desafíos; generoso y siempre dispuesto a entregarse por los demás. Sentía una gran pasión por la Aviación Naval y capaz de darlo todo en su compromiso por la Armada, como así sucedió.
Su otra pasión, la navegación a vela deportiva, donde además era un referente y eximio navegante, también lamentó su partida con sentidos reconocimientos. Tripuló y fue timonel de los yates “Fortuna I y II” y los “Solings” ganando numerosos premios.
El Capitán de Navío Ricardo Jolly quién navegó mucho tiempo con él, en un homenaje años atrás expresó: “Tengo muchos recuerdos del Loro a bordo del Fortuna. Era un joven muy especial, único e irrepetible, esos personajes que parecen sacados de una novela de Julio Verne y que estaba destinado a un final heroico, como el que finalmente tuvo. El dáia anterior a salir hacia el Sur, se vino a despedir, a la corbeta ARA “Drummond”, donde yoestaba destinado y fue la última vez que lo vi. Era un excelente tripulante, buen timonel y sobre todo un compañero extraordinario. Siempre de buen humor, poniéndole garra a todo y contagiando a los demás; apoyando al que necesitaba una mano y alentando al equipo. Era de acero por afuera y puro amor por dentro, Tenía la locura del poeta y la ternura del niño.”
Señor Teniente de Fragata Marcelo Gustavo Márquez, hoy estamos aquí para rendirle nuestro sentido homenaje a su heroica partida. Con enorme orgullo, la Armada, presente en esta formación, su querida familia, Camaradas y amigos queremos darle el presente en este histórico día del bautismo de fuego de la Tercera de Ataque y reafirmar que está vivo en nuestra memoria y en nuestros corazones, especialmente en quienes integramos esta unidad en 1982.
Ud. nos ha enseñado que, no hay acto más sublime, que dar la vida por los demás y por eso vivirá para siempre en la memoria de los hombres.
El enorme ejemplo de su entrega y los valores fundamentales que representa, ya están en la historia grande de la Patria y es un modelo a seguir por las jóvenes generaciones.
Honra y honor a nuestro héroe, Dios lo guarde en la paz eterna.
Finalmente deseamos agradecer a nuestra Armada por la preparación recibida, por el crisol de valores basados en las más caras tradiciones navales de nuestra historia, donde forjamos nuestro temple, nuestro carácter y la fortaleza para enfrentar los más grandes desafíos, como fue el conflicto del Atlántico Sur.



Presidente de la Promoción 103 de la Escuela Naval Militar, El Sr. Capitán de Navío VGM Gustavo Ottagalli, leyó en su alocución:
TENIENTE DE NAVIO MARCELO MARQUEZ
Palabras del Sr. CN VGM (RE) Gustavo OTTOGALLI

Nacido en esta ciudad, era un joven alegre, jovial, optimista, positivo, desenfadado, responsable sin acartonamiento, se brindaba con gran generosidad y sencillez.
Ya en la escuela Naval se destacó en deportes principalmente náuticos. Integro el equipo de vela de la Escuela Naval, ganando el trofeo Inter Escuela Navales de Remo y Vela que se desarrolló en Rio Santiago en 1974, compitiendo con las representaciones de las escuelas navales de Uruguay, Brasil y Perú.
Curso la escuela de Aviación en 1976, egresando como como Aviador Naval en 1977.
Destinado a la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque, hizo sus primeros pasos en la orientación de Caza y Ataque donde rápidamente se destacó por su dedicación y habilidades propias de esta orientación.
Simultáneamente a la intensa actividad de vuelo se ingeniaba para seguir navegando a vela y competir en distintas regatas como tripulante, entre otros barcos importantes, del legendario velero Fortuna de la Armada Argentina, cultivando amistades y camaradería en este ámbito.
Fue destinado a la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, alcanzo rápidamente la experiencia necesaria en el avión A4-Q, logrado la calificación para operar en enganches y catapultajes desde el Portaaviones ARA 25 de Mayo.
Era un piloto de portaaviones, máximo galardón para un aviador naval.
Como parte de la Plana Mayor de este buque se destacó como jefe de la Dotación de la cubierta de vuelo por la conducción ejemplar de sus hombres.
Fiel a su pasión por el vuelo y por su Patria fue derribado sobre el estrecho de San Carlos que separa a ambas Islas, mientras participaba en el ataque de la primera sección de aeronaves de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque a la Fragata “Ardent”, a la que, ataques sucesivos terminaron con su hundimiento…en aquel, su último vuelo, el 21 de mayo de 1982, hace hoy exactamente 40 años.
Marcelo era un elegido, tenía la llama interior de los héroes, que en silencio sin estridencias dan todo por un ideal, por la patria.
Dije era y me corrijo: es un elegido porque a pesar de su dolorosa ausencia física está muy presente en todos nosotros, no solo en sus compañeros de promoción o sus camaradas de la Armada más modernos o más antiguos, está también presente en los rincones más alejados de nuestra patria como lo es en la Escuelita Teniente Marcelo Márquez de la puna jujeña, perdida en la inmensidad, a solo 6 kilómetros del límite con la República de Bolivia.
Una anécdota al respecto, hace unos años el Ministerio de Educación de la provincia quería cambiarle el nombre a la escuela y la directora y maestras se opusieron tan firmemente que finalmente desistieron.

Marcelo era un elegido, tenía la llama interior de los héroes, que en silencio sin estridencias dan todo por un ideal, por la patria.
Dije era y me corrijo: es un elegido porque a pesar de su dolorosa ausencia física está muy presente en todos nosotros, no solo en sus compañeros de promoción o sus camaradas de la Armada más modernos o más antiguos, está también presente en los rincones más alejados de nuestra patria como lo es en la Escuelita Teniente Marcelo Márquez de la puna jujeña, perdida en la inmensidad, a solo 6 kilómetros del límite con la República de Bolivia.
Una anécdota al respecto, hace unos años el Ministerio de Educación de la provincia quería cambiarle el nombre a la escuela y la directora y maestras se opusieron tan firmemente que finalmente desistieron.

Nos enterados después que el intento ya había pasado y cuando poco podíamos hacer si hubiera ocurrido.
En uno de los viajes, la directora cuando me lo conto, me dijo: El ¡¡¡teniente Márquez es nuestro, como lo iban a sacar!!!
Como todos sabrán en el Yatch Club Argentino se lo recuerda con enorme afecto, en la sede central en dársena norte, en un lugar destacado esta su imagen que reafirma el cariño que despertó entre los apasionados como él por la navegación a vela.
Mismo y sentido afecto encontramos reflejado en las placas conmemorativas, destacadas, en el Club Náutico de Mar del Plata y en el Club de Golf de Mar del Plata.
Un capítulo especial del afecto y reconocimiento que despertó y despierta Marcelo, lo encontramos en el Aeroclub de Mar del Plata. En su escaso tiempo libre compartía charlas, experiencias de vuelo y el vuelo mismo, con estos grandes entusiastas y apasionados aviadores.
Ese acercamiento desinteresado y afectuoso de Marcelo motivo que en reconocimiento a ello en el año 1987 erigieran en su memoria, un pedestal con un avión A4-Q, con la misma matricula del que fue derribado en Malvinas y surgiera la decisión inquebrantable de rendirle homenaje todos los aniversarios de su muerte.
La dársena de botes y veleros de la Escuela Naval Militar lleva su nombre y una placa lo recuerda en la pasarela de acceso a la misma.
Marcelo estuvo con nosotros muy poco, demasiado poco tiempo, por el acto supremo de dar la vida por la Patria, por sus ideales, pero también por su don de gente, su bonhomía, su gran sentido de lo humano, su optimismo, su serena dedicación a sus dos pasiones, la náutica y el vuelo; harán que este siempre presente en nuestros corazones.
El compromiso, nuestro compromiso, es que esté presente en la mente, en el recuerdo, y en el agradecimiento que todo argentino debe sentir por un héroe indiscutido que lo dio todo por nosotros.
Muchas Gracias.



Junto al cenotafio que, recuerda con una placa, al Teniente de Navío Márquez, se realizaron entregas de ofrendas florales por la Armada Argentina, el Instituto Aeronaval y los integrantes de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque.



En el Aeroclub Mar del Plata-Batán:
La ceremonia inició con el izado del pabellón nacional a cargo del Sr. Jefe de la Delegación Mar del Plata del Instituto Aeronaval, CN VGM (RE) Daniel Alberto Marinasalta y el Sr. VL VGM (RE) Benito Italo Rotolo.

El equipo de audio fue proporcionado desinteresadamente, por un gran amigo que quiso sumarse al acto al Teniente Márquez.

Como «oficial de ceremonia», participó un miembro de la Delegación local del Instituto Aeronaval (Promoción 11 Escuela Complementaria de la Armada, Francisco de Gurruchaga), el Sr. Miguel Angel Fernando Rivadulla.
A las 15:00hs (hora del derribo del Teniente Márquez sobre el Canal San Carlos) dio comienzo la ceremonia, bajo el avión que, en réplica, lleva la matrícula del avíon que tripulaba el Teniente Márquez.
Asistieron todos los Aviadores Navales integrantes de aquella histórica Escuadrilla, sus mecánicos y aviadores navales residentes en Mar del Plata, socios del Aeroclub e invitados especiales.



La ceremonia fue presidida por el Jefe de la Delegación Mar del Plata, del Instituto Aeronaval, CN VGM (RE) Daniel Alberto Marinsalta.
El Jefe de la Delegación local del Instituto Aeronaval, Capitán VGM (RE) Marinsalta, leyó las palabras y un poema enviados por el Sr. Capitán de Navío (RE) Gastón Bianchi, de la Aviación Naval de la República Oriental del Uruguay, quién realizó su curso de Aviador Naval, en nuestra Escuela de Aviación Naval, egresando con la Promoción N° 55.
Los suboficiales mecánicos de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, descubrieron una placa alusiva a la fecha y luego, el Suboficial Mayor VGM (RE) Carlos Guardia, brindó unas muy emotivas palabras sobre el “Trabajo en Equipo” y la personalidad del Teniente Márquez en servicio.

Palabras del Suboficial Mayor Carlos Guardia en el homenaje:
Hoy nos reencontramos amigos y conocidos de distintos puntos de este hermoso pais. Somos ex integrantes de todos los tiempos de la EA33 que además traemos el saludo y el recuerdo de muchos otros que no pudieron viajar para este evento.
La EA33 es una Escuadrilla Aeronaval que existe en nuestros corazones y adiestró personas de la Aviación Naval. Una Escuadrilla es una organización verticalista, con rigor y disciplina militar necesaria para ser lo más perfecta posible en su funcionamiento y dentro de todo ese rigor y verticalismo las personas se conocen, se tratan y se necesitan para intentar esa perfección. La amistad entre los individuos es buscada más allá de todas esas rigurosidades, y a veces la apertura de las personalidades lo permiten, sin mellar esos criterios superiores organizacionales.

Y eso sucede una y otra vez, año tras año. Individuos diversos se conocen y se descubren, y uno de ellos fue Gustavo Marcelo Márquez, un hombre joven y dispuesto a la charla, la relación y hasta la amistad sana y respetuosa, más allá de las jerarquías administrativas que hacen a la Organización. Y así podemos explicar el porqué de nuestro homenaje. Y así les explicamos a sus familiares y amigos el porqué de nuestro viaje motivados por esa amistad tan generosa que no se olvida. Y también les recordamos que somos más numerarios que los presentes, que al igual que lo sucedido con todos los otros heroicos pilotos de nuestra Escuadrilla, el personal de mantenimiento aeronáutico volaba con ellos, nos metíamos en sus cabinas y los acompañábamos y sufríamos el duro golpe de los proyectiles ingleses en nuestras aronaves, y también sufrimos las muertes de nuestros pilotos, porque los sentimos humanamente hermanados a nosotros, más allá de todo el comprensible rigor militar.



El joven Teniente Gustavo Marcelo Márquez dejó en nosotros la angustia de su ausencia, pero el profundo orgullo de haberlo conocido y disfrutado, mas hoy queremos rendirle honores por su entrega heróica y dejar junto a esta aeronave, en su pedestal, una placa que lo recuerde y en nuestro nombre y de la amistad, contarle al paseante que Marcelo tenía un profundo sentido de pertenencia por nuestra Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, por nuestra Aviación Naval y la Armada Argentina, que murió en combate, que dio su vida por la Patria y que era muy buen hombre.
El acto finalizó con la entrega de ofrendas florales y la Marcha de Malvinas.
Palabras en homenaje al TN Marcelo MARQUEZ (21 mayo 2022)
CN (R) Gastón Bianchi (Armada Nacional de la Republica Oriental del Uruguay)
Su compromiso y amor hacia lo que él dedicó su vida, le puso un día en la cabina de un avión de combate cuando su Patria reclamó su más valioso aporte; ese que nunca dudó de brindar a sabiendas de los riesgos asumidos. En su prosaica visión de los caminos, tras la traza de los pájaros marinos y seducido de luz y azul profundo, hace cuatro décadas, cumpliendo su sagrado deber Marcelo dejó la acotada sencillez de lo mundano para ingresar a la atemporal inmensidad de la memoria, solo reservada a unos pocos mortales.

Leí hace ya tiempo que ciertas aves marinas han sido concebidas exclusivamente para el vuelo, y en ese aire, libres remontan graciosamente majestuosas distancias, insalvables para otras; que les incomoda el suelo y la infeliz inseguridad que éste les ofrece.
Que no cambiarían su espacio sin fronteras, por la acotada vereda donde otras habitan y se mueven con lentitud y desconcierto.
Que visitan curiosos la tierra, sintiéndose desterrados de las brisas buscando retornar al cielo lo más pronto que pueden…
Sin duda creo que este colega, como el de mis dos queridos amigos el Chino Benítez y Coquito Miguel pertenecen a esa raza de hombres hoy custodiando en formación cerrada los confines australes más remotos que son patrimonio irrenunciable de cada noble argentino.
En mi recuerdo y reconocimiento como al de los 648 hombres que brindaron sin retaceos ni engañifas su patrimonio más valioso en este mundo, les dedico este poema de un colega canadiense desaparecido en la 2 GM sobre los cielos europeos. Salve por siempre queridos camaradas.
¡LAS MALVINAS FUERON, SON Y SERÁN SIEMPRE ARGENTINAS!

VUELA ALTO (Poema)
¡Oh! Me he desligado de los ásperos bordes de la Tierra y he bailado por los cielos en risueñas alas plateadas.
He subido hacia el Sol, y me he unido a la alegría de las nubes atravesadas por su luz y he hecho cientos de cosas que no habéis soñado jamás
He virado, me he elevado y me he balanceado allí en lo alto, en el luminoso silencio.
Surcando el cielo, he perseguido al viento aullador y he propulsado mi ansioso avión por los infinitos confines del aire
Allá, allá en el más alto y ardiente cielo he alcanzado fácil y elegantemente las alturas barridas por el viento donde nunca antes llegó la alondra ni el águila.
De John Gillespie Magee Jr.