
Día 1 : CAEN – PLAYAS DEL DESEMBARCO (Pointe du Hoc, Omaha Beach, La Cambe, Arromanches, Batteries de Longues) – Mont Saint Michele.

Por: (*) Oscar Filippi
Dado que nos acercamos al 78 Aniversario de la “Operación Overlord” el famoso “Día D”, vale la pena recorrer parte del viaje de 2015 a Normandía. Lo hicimos a partir también del mismo 6 de Junio de 2015.
Caen, Francia.- Viernes, 6 de Junio del 2015
Hoy nos suena el despertador a las 6.00hs de la mañana. Nos encontramos en la ciudad de Caen (Francia), para asistir a un “Seminario de Historia Militar” organizado por la Facultad Historia de dicha ciudad francesa (Cátedra de Historia Contemporánea).
La organización había decido dedicarle dicho “Seminario” al “71 Aniversario de la Operación Overlord” a celebrase ese mismo año de 2015.
Desayunamos en el mismo Hotel que nos alojábamos, previo aviso, así que a 06:30hs ya disfrutábamos de las tradicionales Croissant con un típico café con leche francés.
Ya en la Universidad de Caen, un hermoso “Campus” construido luego de la Segunda Guerra Mundial, con impecables y amplias instalaciones. La imagen de la Universidad es el “Ave Fenix” precisamente, por su reconstrucción.

Nos sorprendieron dos cosas, la pluralidad de Naciones inscriptas, lo heterogéneo del grupo inscripto, en el cual había periodistas, profesores de historia, militares, alumnos y por último, los Veteranos de Guerra invitados para esas charlas, un total de cinco hombres, todos mayores, cuyas edades oscilaban entre los 89 y 91 años, Dos oficiales (uno americano y el otro británico) dos soldados (uno canadiense y otro alemán) y un miembro de la “Resistance française” (Resistencia francesa). Era la primera vez que, miembros del bando aliados y un alemán, asistían en forma conjunta a una charla conmemorativa.

Cada uno, a su momento dieron sus exposiciones, el abrazo final, entre todos, realmente nos conmovió, por el respeto y camaradería que partían sin dudas, de su condición de “hombres de armas”, el tiempo transcurrido que sella heridas y demuestra el respeto alcanzado por una comunidad ahora, verdaderamente europea.
Luego de las charlas, dado que, contábamos con movilidad propia, habíamos alquilado un Nissan Micra (en nuestro país “March”), nos dedicamos, con una guía privilegiada, a recorrer los diferentes escenarios de aquellos difíciles días para Francia.
Pointe du Hoc está a unos 40 minutos en coche de Caen por la N13.



Hoy teníamos un día muy similar, meteorológicamente hablando, de aquel 6 de Junio de 1944. que esperamos se mantenga durante toda la jornada para que nos permita revivir las playas del desembarco de Normandía, tal como en aquel día.
Las playas del desembarco de Normandía fueron el escenario de la mayor operación militar de la historia.
El nombre clave de los desembarcos del Día D era “Operación Overlord” y hoy tendremos los escenarios donde todo esto ocurrió frente a nosotros.
Un poco de historia:
La mañana del 6 de Junio de 1944, un enjambre de lanchas, que formaban parte de una flotilla de más de 6000 embarcaciones, alcanzaron las playas de Normandía y decenas de miles de soldados procedentes de EEUU, Reino Unido y Canadá, junto a otros países, entraron en tropel en territorio francés.
La mayoría de las 135.000 tropas aliadas atacaron a lo largo de 80 kilómetros de playas al norte de Beyeux, cuyos nombres en clave eran: Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword.
Los desembarcos del Día D, derivaron en la Batalla de Normandía, que tendría como resultado la liberación de Europa de la ocupación nazi.
En los 76 días de lucha, los Aliados sufrieron 210.000 bajas, de las que 37.000 correspondieron a los muertos.
Se cree que las bajas alemanas ascendieron a 200.000 y otros 200.000 soldados alemanes fueron hechos prisioneros.
La batalla más brutal del Día D tuvo lugar 15 kilómetros al noroeste de Beyeux, en los 7 kilómetros de costa entre Vierville-sur-Mer, St. Laurent-sur-Mer y Colleville-sur-Mer, conocido como la Playa de Omaha.
Hoy quedan pocos indicios de la carnicería que tuvo lugar en ella el día 6 de Junio de 1944, exceptuando un barco empleado para llevar los tanques a tierra y 1 kilómetros más al oeste, los búnkeres de la posición clave alemana WN62.
Cerca del aparcamiento de St. Laurent, un monumento conmemorativo señala el emplazamiento del primer cementerio militar estadounidense en territorio francés.
Después de este primer impacto al tener frente a nosotros un escenario tan brutal del Desembarco de Normandía y aún con el corazón encogido por el pedazo de historia que acabamos de tener frente a frente, volvemos al coche de alquiler en Normandía, para ponernos camino hacia la segunda visita de hoy: Pointe du Hoc.
Llegamos en algo más de 10 minutos y nada más estacionar, nos encontramos con que el cielo se ha vuelto más gris todavía, pareciendo que quiere recordarnos que la historia de este lugar no merece explicarse con un azul de fondo…
A las 07:10hs del 6 de Junio de 1944, 225 miembros de un comando del ejército estadounidense bajo el mando del teniente coronel Rudder escalaron los acantilados de 30 metros en Pointe du Hoc, donde los alemanes tenían una batería de enormes piezas de artillería, perfectamente colocadas para dejar caer proyectiles sobre las playas de Omaha y Utah.
Pero lo que Rudder y sus hombres no sabían es que las armas que se habían transferido tierra adentro, y pasaron los dos días siguientes repeliendo feroces contraataques alemanes.
Para cuando fueron relevados el 8 de Junio, 81 de ellos habían muerto y otros 56 estaban heridos.
Hoy, el recinto, que Francia entregó al Gobierno estadounidense en 1979, tiene el mismo aspecto que hace casi un Siglo.
El suelo sigue lleno de cráteres causados por las bombas, y el puesto de mando alemán y varios de los emplazamientos de cemento para la artillería todavía están en pie, llenos de agujeros de bala y ennegrecidos por los lanzallamas.



De cara al mar, la playa de Utah, que se extiende algo perpendicular a los acantilados, se halla 14 kilómetros a la izquierda.
Cuesta estar en un lugar con tanta historia y no plantearse muchas cosas que no dejarían precisamente en buen lugar a la humanidad.
Siempre nos ha gustado “meter” en nuestros diarios de viaje toda la historia, siempre decimos que para eso ya están los libros, pero hoy en las playas del desembarco de Normandía es imposible no hacerlo.
La historia es la verdadera protagonista de este recorrido por Normandía y creemos que esta vez merece un espacio en este diario de viaje.
Nos despedimos de Pointe-du-Hoc con unos rayos de sol que iluminan los cráteres causados por las bombas.
Quizás unos rayos de esperanza…



Durante toda la visita, no hemos mirado ni un momento el reloj, pero cuando vamos a subirnos al auto, vemos que hemos estado casi una hora, así que, sin entretenernos demasiado, volvemos a conectar el GPS y ponemos el siguiente punto como destino: La Cambe
La Cambe está a unos 10 minutos en coche de Pointe-du-Hoc y nada más llegar al parking, después de dar un par de vueltas porque nos cuesta encontrar el sitio, comprobamos que, aunque estemos en el mes de Junio, Normandía no es precisamente un lugar caluroso.
El día se ha vuelto del todo gris y la temperatura ha bajado, envolviendo de esta forma, todos los escenarios de las playas del Desembarco de Normandía de un color grisáceo que no deja de recordarnos el color de la historia que aquí tuvo lugar.
Cerca de Le Cambe, justo donde estamos ahora, encontramos el Cementerio Alemán, lugar donde reposan más de 21.000 soldados alemanes caídos durante la campaña de Normandía, en grupos de dos o tres por sepultura.



No hay banderas ni inscripciones remarcables, cada tumba lleva una sencilla placa que apenas sobresale del suelo. En el centro del cementerio se eleva una cruz de Malta, flanqueada por dos figuras vacilantes que simbolizan a los padres de los soldados cuyos cuerpos yacen enterrados en hileras regulares por todo el recinto.
Paseamos por el cementerio sin apenas hablar. Durante más de 45 minutos, cruzamos tan solo unas palabras, que son para dejar claro, entre nosotros mismos, que no somos ni seremos capaces de entender jamás que ocurran estas cosas.
Salimos del cementerio alemán de Le Cambe en silencio y volvemos al coche pensando en la siguiente visita que tenemos…El Cementerio Militar Americano…
Está clarísimo que hoy, el recorrido por las playas del desembarco de Normandía, nos recordarán a cada paso que damos, lo que el hombre es capaz de hacer.
Habíamos leído que el Cementerio Alemán cerraba a las 5 de la tarde y ya no se podía entrar, pero a medida que salimos hacia el parking, vemos que, al lado de la entrada principal, donde está la verja, el resto del recinto no está vallado ni tiene seguridad, por lo que, en caso de llegar más tarde, creemos que se puede acceder sin problemas…
Volvemos a poner dirección a Omaha Beach, para llegar al Cementerio Militar Americano, que está situado sobre los acantilados que dominan la playa.



A medida que avanza la mañana, empezamos a cruzarnos con muchísimos turistas que intuimos están haciendo el mismo recorrido que nosotros por las playas del desembarco de Normandía.
En el Cementerio Americano tenemos ningún problema para estacionar, podemos hacerlo entre algunas de las muchísimas caravanas que nos vamos cruzando durante todo el recorrido. En especial de alumnos canadienses que, eligieron como viaje final de estudios, conocer los lugares donde sus propios compatriotas, escribieron la historia.
En todo el recorrido por las playas de Normandía no paramos de cruzarnos con infinidad de turistas que volvemos a ver en los siguientes puntos donde nos vamos parando…
Antes de llegar al Cementerio Americano, han caído unas cuantas gotas que han hecho que el día refresque un poco más de lo que nos hubiese gustado, pero que en ningún momento nos merma las ganas que tenemos de seguir con este recorrido por las playas del desembarco de Normandía.
Antes de entrar en el Cementerio Americano, tenemos que pasar por una sala de exposición, donde también tenemos que pasar por un arco de seguridad, antes de entrar en el recinto del cementerio.
17 kilómetros al noreste de Bayeux, en Colleville-sur-Mer, encontramos el Cementerio Americano, que es el mayor cementerio norteamericano de Europa, junto al cementerio de Luxemburgo. Ambos son administrados por la Comisión de Monumentos de Batallas estadounidense y pudimos conocer en 2018.
Se hizo famoso al aparecer en las escenas finales de la película “Salven al Soldado Ryan” y contiene las tumbas de 9.387 soldados estadounidenses y un monumento conmemorativo a otros 1.557 cuyos restos no se encontraron jamás.


Las cruces blancas y simples, con alguna estrella de David intercalada, forman filas interminables rodeadas por una gran extensión de césped escrupulosamente cuidado.
Domina el camposanto un gran monumento conmemorativo con columnas en semicírculo alrededor de una estatua dedicada al espíritu de la juventud norteamericana.
Cerca se encuentra un estanque y una pequeña capilla. Hay tres tumbas con caracteres dorados por haberles sido concedida la Medalla de Oro del Congreso.
Antes de irnos hacia el parking, nos cruzamos con una familia española que nos llama la atención no sólo por el tono de voz, bastante más elevado que el del resto de la gente, sino porque dos de los niños/adolescentes que van en el grupo, llevan varias pistolas en la mano y juegan escondiéndose entre las cruces blancas de las tumbas simulando dispararse.
¡De camino a la salida, volvemos a pasar por el mirador que nos deja unas vistas de la playa de Omaha increíbles!



Mientras caminamos hacia la salida, nos damos cuenta que nos llevamos con nosotros los mismos sentimientos que nunca habíamos tenido. Hay ciertos lugares que son “difíciles de visitar”, pero que, sin duda, hay que conocer.
Antes de irnos, volvemos a la zona de los controles de seguridad y visitamos la exposición que hay dedicada al mayor desembarco anfibio de la historia.
Sobre las 12.30 nos ponemos en camino hacia Arromanches, donde lo primero que queremos hacer es ir hacia un restaurante que hemos visto recomendado en muchos foros de viaje.
A estas horas no ha subido nada la temperatura y se está, igual que esta mañana cuando había empezado a lloviznar.
Estacionamos justo en el parking delante de la playa y sabiendo que la marea baja empezaba a las 12 de la mañana, aprovechamos antes de comer, para asegurarnos el tanto de ir a la playa a hacer las fotos y no perder esta oportunidad por estar comiendo.
Para posibilitar la descarga de la gran cantidad de mercancías que necesitaban los ejércitos aliados sin tener que tomar ninguno de los puertos del Canal de la Mancha, que se hallaban muy bien definidos, los Aliados instalaron unos puertos provisionales prefabricados frente a dos de las playas del desembarco de Normandía, cuyo nombre en clave era Mulberry.



Consistían en 146 enormes cubos de hormigón que se remolcaron desde Inglaterra y se hundieron para formar un rompeolas semicircular, al que se amarraron tramos flotantes de puente. En los tres meses posteriores al Día D, las Mulberries facilitaron la descarga de unos 2.5 millones de hombres, 4 millones de toneladas de quipo y 500.000 vehículos.
El puerto levantado en Omaha fue destruido completamente por una violenta tempestad sólo 2 semanas después del Día D, pero el segundo, Port Winston, aún se puede ver cerca de Arromanches.
Con la marea baja es posible llegar hasta muchos de los bloques desde la playa.
Después de esta incursión en la playa, aprovechando la marea baja, nos vamos a la calle principal donde encontramos multitud de restaurantes, bares…
Arromanches es muy parecido a Étretat donde estuvimos ayer y al final después de un paseo, nos sentamos en “Le Bistro” donde pedimos un menú de 18 euros, que incluye los famosos moules avec frites y una pizza, más bebidas y cafés por 37 euros.


Después de llenar bien la panza, nos volvemos a poner en camino, para recorrer el pueblo de Arromanches y visitar algunas tiendas de souvenirs.
A estas horas de la tarde, parece que Arromanches se ha quedado más tranquilo y la última parte de la visita la haremos en soledad…
Las mejores vistas de Port Winston y de la playa de Gold se tienen desde la colina que hay al este de la ciudad, donde se alza una estatua de la Virgen María.
A medida que vamos ascendiendo y giramos la cabeza, vemos que tenemos ante nosotros la imagen que tantas veces hemos visto en los libros…y que ahora podemos disfrutarlas en persona.
A medida que bajamos de la colina, empieza a chispear y vemos que el cielo vuelve a ponerse de un color grisáceo que anuncia tormenta, pero lo que más nos sorprende es que la marea ha subido hasta tal punto que ya llega a media playa.



Después de dar una vuelta más por las calles principales de Arromanches, ponemos en el GPS nuestro último punto de parada de playas del desembarco de Normandía, Longues-sur-Mer.
El parking en esta parte de Francia estamos comprobando que no es nada caro. En Arromanches, desde la 1 del mediodía hasta las 4 de la tarde, hemos pagado 3.60 euros.
Sin que pare de llover, nos ponemos en marcha y en poco más de 10 minutos estamos estacionando en Longues-sur-Mer.
Parecía que había parado de llover en el trayecto, pero de nuevo nos vuelve a visitar ese chubasco que, nos deja bien claro lo que siempre nos habían dicho de Normandía: nunca deja de llover…
Estamos un poco perdidos y cuando llegamos a Longues-sur-Mer, deducimos que no estamos en el sitio correcto, así que buscamos en el pueblo, el cartel de Batteries de Longues y seguimos hasta la playa donde nos encontramos con la última parada que haremos hoy en las playas del desembarco de Normandía.
Antes de bajar del coche empieza a llover de nuevo y viendo que la intensidad aumenta, no salimos del coche y aprovechamos para tomar un café calentito de un puesto que hay en la entrada.
Viendo que la pinta no es que, pare de llover, pero que ha despejado un poco, nos armamos de valor y nos vamos a visitar el recinto donde están las baterías.
Los inmensos búnkeres para los cañones alemanes de 152mm se diseñaron para alcanzar objetivos a unos 20 kilómetros de distancia.



Medio siglo más tarde, las gigantescas piezas de artillería siguen donde estaban, en sus colosales emplazamientos de cemento. Son las únicas armas de gran calibre que quedan en Normandía.
La lluvia para de vez en cuando, pero no del todo, por lo que la visita no se hace del todo agradable y lo hacemos bastante rápido.
A las17:00hs, volvemos al coche después de tomarnos otro café por 1.50 euros, ponemos rumbo al Mont Saint Michel!!!! Uno de los grandes motivos de este viaje a Normandía.
Esperamos que el tiempo mejore un poquito y nos permita esta noche y mañana visitar esta “guinda del pastel”.
Los últimos 45 minutos de trayecto, los hacemos por la A84 que nos lleva directos al Mont Saint Michel, uno de nuestros sueños viajeros…



Hoy nuestro hotel en el Mont Saint Michel lo tenemos en Beauvoir, una población a 5 kilómetros del Mont Saint Michel que nos permite estar allí en pocos minutos y no pagar los precios desorbitados que tienen los hoteles en el centro “del meollo”.
Tardamos unos minutos en que nuestro GPS localice el hotel y una vez que lo encontramos, estacionamos y hacemos el check-in, descansamos unas horas y poco antes de las 10:00hs de la mañana, volvemos al auto para ponernos en camino hacia el Mont Saint Michel.
Desde la carretera y sin esperarlo aparece justo enfrente nuestro y pese a que estamos a una distancia en la que no podemos ver ningún detalle, sólo la silueta, cortando el horizonte, nos recuerda que, en unos minutos, tendremos la suerte de estar frente a uno de nuestros “sueños de viajeros”.
Llegamos a la zona de parking, ya que ahora se tiene que aparcar en esta zona y con unos shuttles acceder al recinto del Mont Saint Michel.
El parking desde las 7 de la tarde hasta las 2 de la mañana es gratuito, por lo que, en esta ocasión, nos libramos de pagar estacionamiento.
Las indicaciones para acceder a la zona de los shuttles (colectivos eléctricos), está muy bien señalizada y en unos 10 minutos nos plantamos en la entrada del Mont Saint Michel. Hay autobuses cada 3 minutos y antes de llegar al punto final del trayecto, para en 3 zonas más, coincidiendo con la zona de restaurantes/hoteles de la entrada del Mont Saint Michel.



Nada más bajarnos del autobús no podemos apartar la mirada del Mont Saint Michel.
A medida que vamos avanzando, hacia la entrada, nos encontramos con un grupo de gente, con cámaras de televisión, a modo de concurso.
A medida que vamos avanzando, decidimos que, al estar esta mañana bastante nublado, mañana a primera hora volveremos para hacer las fotos desde la bahía del Mont Saint Michel y hoy sólo haremos una primera toma de contacto, para empaparnos de este lugar tan especial.
Empezamos a subir por la calle principal que está llena de gente, pese a que son casi las 11:00hs de la mañana.
Teníamos una idea bastante distinta a lo que estamos encontrando, pensábamos que el “interior” del Mont Saint Michel sería mucho más grande y que tardaríamos más en recorrer todas sus callecitas, pero a medida que ascendemos, vemos que, aparte de la calle principal y unas cuantas paralelas, no tendremos más lugares que recorrer.
Después de ir recorriendo las callecitas llenas de tiendas, cafeterías, restaurantes… llegamos hasta la Abadía del Mont Saint Michel, que cierra a las 7 de la tarde.



Hacemos bastantes fotos de esta zona del Mont Saint Michel, pero la luz no acompaña demasiado, así que después de estar un buen rato en esta zona, hacemos el recorrido por las murallas, incluyendo uno de los miradores que tiene unas vistas impresionantes de la bahía.
A medida que avanzan los minutos en el reloj, empezamos a volver hacia la puerta principal, aunque esta vez lo hacemos por la calle paralela a la principal, que recorre las murallas exteriores del Mont Saint Michel.
Son casi las 12:00hs del medidía, así que nos vamos directos a buscar un sitio donde almorzar y no lo pensamos, cuando casi llegando a la entrada del Mont Saint Michel, vamos el restaurante Le Confiance, donde pedimos dos menús de crepes por 12 euros cada uno.
¡Que no sea por no probar los famosos crepres!



La verdad es que el Mont Saint Michel es más pequeño de lo que pensábamos y no es que nos desilusione, pero realmente esperábamos un poco más…sobre todo por los alrededores, que viéndolos con la marea baja (justo esta semana no hay mareas).
A las 13:30hs salimos del restaurante y pensamos que lo mejor que podemos hacer, después de un día agotador, es volver con el shuttle gratuito al parking y antes de llegar, pararnos en una de las paradas intermedias, donde hay un mirador y podremos hacer algunas fotos.
Pero eso es lo que pensábamos hacer, porque cuando hemos salido y hemos visto la luz que había a estas horas sobre la bahía, no hemos podido evitar adentrarnos y aparte de tener unas vistas espectaculares, hacer todas las fotos que hemos podido.
Entrar al parking del Mont Saint Michel es toda una aventura. Eso sí, ha sido gratis por el horario en el que hemos venido y el shuttle es gratuito… así que no nos quejamos demasiado.

(*) Oscar Héctor Filippi
Corresponsal Naval en Armada Argentina
Ha participado embarcado en los Operativos Internacionales: ATLASUR; FRATERNO; UNITAS; INTRGRACION; SAR 2000, 2002, 2004 y 2006 y MILENIUM II. Ha navegado en todas las unidades de guerra de la Armada Argentina, en unidades de superficie brasileñas, uruguayas, norteamericanas y británicas.
Ha participado de la “Etapa Charlie” a bordo del Aviso (A-6) ARA “Suboficial Castillo” en la Antártida Argentina durante la Patrulla Antártica Naval Combinada con la Armada de Chile en 2010.
Ha volado con la 1ª y 2ª Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, acredita muchos anavizajes en la cubierta de distintos buques. Ha realizado diez singladuras en la Fragata ARA “Libertad”. Es Submarinista Honorario, realizando cuatro cruceros (Dos en el submarino ARA “San Juan” y dos en el submarino ARA “Santa Cruz”). Ha operado con Fuerzas Especiales (APBT y APCA) de la Armada Argentina.
Con la Fuerza Aérea Argentina ha cubierto distintos operativos nacionales e internacionales.
Es investigador del Conflicto del Atlántico Sur, realizando más de 300 entrevistas a veteranos de guerra, ha publicado más de 100 artículos sobre dicha temática y disertando en más de 20 ciclos académicos sobre Malvinas.
En 2015, 2016 y 2018 fue invitado a distintas ciudades europeas (Caen – Duxford (GB) – Saint Tropez e Ypres, Bélgica), para realizar “Seminarios de Historia Militar”, sobre la “Operación Overlord”, la “Batalla de Inglaterra” «Operación Anvil Dragoon» y el “Centenario del Fin de la Primera Guerra Mundial”.