SIMONE CUSTEAU, Una mujer increíble

Jacques Yves Cousteau y su esposa Simone a bordo del «Calypso».

Jacques Yves Cousteau pasó toda su vida en el mar, no contento con inventar los equipos de buceo actuales recorrió el mundo, a bordo del Calypso para enseñarle a la humanidad la grandiosidad de los océanos.

Muchos hombres y mujeres crecimos entre sus imágenes, muchos fuimos contagiados por su «fiebre de mar», jugábamos de chicos a ser buzos del Calypso, conocíamos todas sus historias, vivimos todas sus inmersiones.

Pero la mayoría de la gente jamás conoció la historia del día que el Calypso se perdió, de aquel día que pudo ser el último día de una historia que aún no había comenzado.

Terminaba la década de los 40, no era una época fácil en Europa.

La Segunda Guerra Mundial había dejado a Francia en ruinas. Jacques Cousteau, un joven oficial de la marina decide dar un vuelco a su vida, con la ayuda de sus amigos y un sponsor secreto, compra un viejo dragaminas fuera de servicio y lo bautiza «Calypso», renuncia a la marina y convence a un grupo de buzos para acompañarlo en la gran aventura: recorrer los mares del mundo filmando los fondos oceánicos.

Todos sus ahorros se gastaron en equipamientos, vendió su casa para costear el viaje, todo su pasado y su futuro estaban puestos en ese viejo barco.

Partieron rumbo al Mar Rojo donde planeaban filmar su primera película.

Al llegar anclaron el barco cerca de la costa de Egipto y todos los hombres fueron al agua; en el barco sólo quedó la esposa de Cousteau, Simone.

El famoso buque oceanográfico francés, el «Calypso».

Mientras que los buzos estaban bajo el agua, el cielo se cubrió de nubes, la superficie del mar se encrespó, comenzó a soplar un fuerte viento.

Los buzos no pudieron volver al barco, nadaron hacia la costa. Una vez ahí contemplaron al Calypso que se sacudía con cada golpe de ola, tironeando el cabo del ancla que se rompería inevitablemente.

Cousteau temía por su esposa, una mujer delgada que no tenía idea de barcos ni de navegación. Los buzos, presos de impotencia, esperaban la rotura del cabo del ancla para ver como todas sus ilusiones se hundían con el viejo buque.

El cabo se rompió en un estallido seco, e inmediatamente se escuchó el motor del barco que se ponía en marcha, viraba a babor y se internaba en el mar de frente a la tormenta. Al timón estaba Simone Cousteau, y no parecía estar dispuesta a dejar hundir al Calypso. Como no sabía nada de náutica, decidió ir mar adentro, donde no podría chocar con nada.

Viajaba hacia la tormenta.

Ocho horas duró la lucha entre el viejo dragaminas y el mar, ocho horas donde una mujer sola, que nunca antes había estado en un barco, sacaba fuerzas de la nada para evitar que los sueños de su marido se hundieran ese día.

Cuando la tormenta terminó, llevó el barco hacia la costa que se veía a la distancia, pero como no lo sabía atracar y ya no tenía ancla, simplemente lo dejó flotar a la deriva con el motor apagado, esperando que los buzos, que miraban la maniobra desde tierra, se pudieran acercar a nado. Al llegar encontraron a una Simone sonriente que, ante la sorpresa de todos, los recibió con café caliente.

Pasaron muchos años, y el viejo dragaminas se convirtió en uno de los buques oceanográficos más famosos del mundo, navegó por todos los mares y visitó todos los puertos. Cousteau adquirió fama internacional. En 1980, en un reportaje, un periodista le preguntó si era difícil comandar el Calypso, Cousteau contestó:

«No, si está Simone a bordo, ella es la cocinera, la madre de treinta marineros, la que aconseja, la que pone fin a las peleas, la que nos manda a afeitar, la que nos reta, la que nos acaricia, la peluquera de a bordo, nuestra mejor crítica, nuestra primera admiradora, la que salva al barco de las tormentas. Ella es la sonrisa cada mañana y el saludo antes de irnos a dormir.”

“El Calypso podría haber vivido sin mí… pero no sin Simone«.

Una mujer que vivió entre cámaras y nunca se dejó fotografiar, no figuró en ninguna de las enciclopedias del Calypso, se negó a ser vista en las películas, y la mayoría de la gente nunca vio su cara.

Nuestro homenaje a:

Simone Cousteau… y a todas esas mujeres que trabajan desde el silencio y a quienes las saben valorar….

Simone Melchior Cousteau (1919 – 1990):

Esposa y compañera de Jacques-Yves Cousteau. Simone presentó a Jacques con el ingeniero y luego la financiación que daría lugar a su co-invención del Aqualung. Se convirtió en la primera mujer que usó el Aqualung; jugó un papel decisivo en la adquisición del Calypso; y se aseguró de que cada exploración alcanzara su objetivo, en parte cuidando de la tripulación como una madre.

Siempre alejada de la cámara y de la prensa, Simone desempeñó un papel clave en las operaciones en el mar. Actuando durante 40 años en calidad de madre, enfermera, peluquera, y psiquiatra de la tripulación, era conocida como «La Bergere», (La Pastora). A cambio de eso, los tripulantes del Calypso llevaban a caminar a su perro en los puertos donde desembarcaban. Fue querida y hasta un poco temida por la tripulación. Como parte de su amplia participación en los primeros días de las aventuras del Calypso, Simone vendió sus joyas de la familia y abrigos de piel para la compra de combustible para el barco, así como una brújula y un giroscopio.

Simón nació el 19 de enero de 1919 en Tolón, Francia. Su padre y sus abuelos maternos y paternos fueron almirantes de la Marina francesa. Simone conoció a Jacques cuando él era un oficial de marina. Él tenía 25 años y ella 17. Se casaron en Saint-Louis-des-Invalides, en París en 1937. Jean-Michel nació el 6 de mayo de 1938 y Pierre Philippe el 30 de diciembre de 1940. Los dos hijos llegaron al mundo en la mesa de la cocina de la familia.

Jean-Michel ha dicho a menudo de su madre: «Ella fue el verdadero capitán del Calypso y pasó más tiempo en el barco que mi padre, hermano y yo juntos.»

Publicado por prensaohf

Periodista y Corresponsal Naval.

Un comentario en “SIMONE CUSTEAU, Una mujer increíble

  1. AL LADO DE CADA HOMBRE EXITOSO , HAY UNA MUJER EXCEPCIONAL. QUE ES EL CASO DE LA ESPOSA
    DE J. COSTEAU. CUANDO EN 1967 PARA CUMPLIR CON EL SMO INGRESE´A LA ESBU (TODAVÍA UNA CUIDADA CASILLA DE MADERA QUE FUE COLONIA DE VACACIONES) AL FRENTE DE SU INTERIOR Y AL LADO DEL TANQUE ABIERTO HABÍA UN GRAN CARTEL CON FRAGMENTOS DE LA HISTORIA DE JACQUE COUSTEAU, EL REFERENTE DEL BUCEO AUTÓNOMO. .

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