Fue Campeón Argentino de Turismo Carretera, piloto de autos de Fórmula, Sport Prototipo y Turismo, e impulsor de las televisaciones de las carreras de automovilismo, dejó de existir en la mañana del lunes 26 de septiembre de 2022 a los 86 años.
Por: Oscar Filippi – Para: Prensa OHF
Seguramente, San Pedro debe estar organizando un Gran Premio en el cielo, hoy precisamente, se inscribió Carlos Alberto Pairetti, ese gran amigo que, había visto correr con una cupé “Baufer Chevrolet”, después con el famoso “Barracuda” y lo había visto salir Campeón con el famoso “Trueno Naranja” en aquella jornada del Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, aquel 24 de Noviembre de 1968.
En el ’68 el Turismo de Carretera vivía la transición de las cupés a los Sport-prototipos, que habían comenzado a abrirse paso en la temporada anterior. Rápido de reflejos, Pairetti a mitad de año dejó el “Barracuda-Chevrolet” para saltar al “Trueno Naranja” de Competición S.A. Su primera aparición con el prototipo de Horacio Steven fue el 26 de junio en el autódromo porteño. Dominó la carrera hasta que el diferencial cantó el “no va más”.
Ese año de 1968 (trágico por demás), Carlos Alberto Pairetti llegaba con tres victorias, el 28 de Abril, en la Balcarce-Lobería (Barracuda-Chevrolet), el 14 de Julio en el Autódromo de Córdoba (Trueno Naranja) y el 18 de Agosto en el Autódromo de Córdoba (Trueno Naranja). Había obtenido tres segundos puestos, un tercer puesto y también un cuarto y quinto lugar, había abandonado en seis oportunidades.
Estaba cursando el 5° año del Secundario, pero quería empezar a garabatear algo sobre el automovilismo, mi padre me alentó y llegó la invitación de un amigo de Mar del Plata que me dijo: Ya que van con tu viejo a Buenos Aires, ¿No me cubrirías la carrera y me traes algo para el diario…? Acepté de una y le pedí que me “acreditara” (¡Y lo hizo!). Así que, con la primera credencial de “periodista” en la mano, me mandé directo a los Boxes de la “catedral del Automovilismo Argentino”, mi viejo la disfrutaba, más que yo. Él era hincha del “óvalo”, pero “en toda carrera (decía), hay corredores, no solo marcas”. Seguía de cerca siempre, a Oscar “Cacho” Fangio, que venía de un tercer puesto en Rafaela y había establecido el récord de vuelta en el famoso “óvalo” santafecino, que retuvo durante un montón de años.

La carrera se desarrolló en dos (2) series a cincuenta (50) vueltas cada una y la clasificación se hacía por suma de tiempos.
Cabe aclarar que, estaban todos los “Nenes” de aquella década de oro, Eduardo Copello, con quién habían disputado carrera a carrera, todo ese año de 1968. “Pirín” Gradassi, Jorge Cupeiro, Oscar Cacho Fangio, con otro “Trueno”, pero “Dorado” y con la preparación también del Ing. Ricardo Felix Joseph, le haría de “Escudero” a Carlitos Pairetti, Carmelo Galbato, Eduardo Casá, Gastón Perkins, Juan Manuel Bordeu, Rodolfo de Alzaga, Carlos Ruesh, Andrea Vianini y tantos otros que hicieron grande esa época dorada del Turismo de Carretera. El auto a vencer, era la famosa “Libre II” Tornado del maestro Eduardo Copello.
El campeonato se definía en esta carrera, en la última fecha del triangular, en Buenos aires. Se disputaron las dos series imponiéndose Carlos Pairetti en la primera saliendo Copello segundo, todavía con chances al título. En la grilla de partida de la segunda serie Carlos ve que el «Maestro» Eduardo Copello sale de su Torino (Liebre II) y se dirige al Trueno. Él pensó que lo iba a increpar por algo, pero no. El “Maestro” Eduardo Copello le extendió la mano y le dijo: «Carlos corré tranquilo, sos el campeón, tengo el motor fundido». Pairetti le creyó y lo dejó picar en punta, a la cuarta vuelta el auto del «Maestro» dijo basta y el motor explotó. ¿El resultado? Los dos truenos salieron primero y segundo con Carlos Alberto Pairetti y Oscar “Cacho” Fangio al volante. Eso fue más que suficiente para que Carlos Pairetti lograra el Campeonato Argentino de TC de 1968 con 17 puntos de ventaja sobre la “Liebre II-Tornado” del “Maestro” Eduardo José Copello.

Pude verlo en Boxes, después de la carrera, más que el triunfo y el Campeonato de TC que se llevaba para su querida y adoptiva Arrecifes, era el segundo Campeón de TC, después de Angel Lo Valvo, («Hipómenes»), lo que más le había impactado fue la confesión de Eduardo Copello sobre su motor herido, entes de la Largada, por eso lo dejó largar en punta. Eran tiempos de PILOTOS con códigos, de respeto y de amistad.
Mi padre chocho, Oscar “Cacho” Fangio había logrado un excelente segundo puesto en apoyo a Carlos Pairetti y la algarabía de la gente de Joseph era total (Un primer uno-dos para el equipo). Fue sin dudas, un día que ambos disfrutamos más allá de la marca que siempre alentamos.
Con los años, la permanente colaboración de Don Carlos Alberto Pairetti con los miembros de la Fundación Juan Manuel Fangio, nos volvieron a juntar (de allí la foto), recordamos aquellos días y pasamos una muy excelente velada, con los amigos de la Fundación Fangio.

Biografía Deportiva:
Muchos amigos relacionan a Carlos Alberto Pairetti con Arrecifes, ciudad a la que siempre representó automovilísticamente, pero Carlos había nacido en la pequeña localidad de Clucellas (cerca del óvalo de Rafaela), Provincia de Santa Fe, un 17 de octubre de 1935, estaba cerca de cumplir los 87 años de edad.
Aclarado que, nacido en el pueblo santafesino de Clucellas (ubicado a kilómetros de Rafaela), pero radicado desde muy pequeño en la localidad de Arrecifes, Carlos Pairetti inició su carrera deportiva en el automovilismo nacional, cuando debutó en el Turismo Carretera, el 25 de marzo de 1962. Su debut se produjo en la carrera denominada Vuelta de Pergamino, haciéndolo a bordo de la cupé Chevrolet que perteneciera a Néstor Marincovich, tío de su amigo Carlos, también piloto de carreras. En esta prueba de debut, Pairetti logró asombrar a todos, cuando con su andar comenzó a merodear los primeros puestos de la carrera. Con esto, el novato piloto demostraba que estaba para más. Fue entonces que, a solo un año de su debut, le llegara su primer triunfo en La Vuelta de Mar del Plata en 1963. Precisamente, ese año y luego de otro triunfo, lograría alzarse con su primer Gran Premio, obtenido en el recorrido que unía Mercedes con su Arrecifes adoptiva. Con esta coupé, Pairetti obtuvo 9 triunfos entre 1963 y 1966.
En 1965, alterna su participación con dos autos, piloteando primero un Volvo 122 SB y segundo su cupé Chevrolet. El 6 de enero de 1965, Pairetti obtuvo el triunfo en Villa Carlos Paz a bordo del Volvo, siendo el primer (y único) triunfo en Turismo Carretera de una marca que no fuera ni Chevrolet, ni Dodge, ni Ford, ni Torino. A los 10 días y en el mismo circuito, volvería a tripular su Chevrolet repitiendo la victoria.

En 1965 también se plantea que vienen tiempos de cambio y le compra a “Larry” (Alberto Rodríguez Larreta) una cupé muy moderna que él le había encargado a la empresa de Baudena y Fernández, su ya famosa cupé “Baufer Chevrolet”. Este auto lo estrena en la “Vuelta de Firmat”, un 21 de febrero de 1965. Pero, los resultados no son los que Carlos Pairetti esperaba, en 19 carreras (incluidas, Dos Océano y Gran Premio) sólo obtuvo dos clasificaciones: 2º en Arrecifes y 3º en Pehuajó.
En 1966, llegan las “Temporadas Internacionales de Fórmula 3” organizadas por el mismísimo Juan Manuel Fangio. Primero se integra al Equipo YPF del Automóvili Club Argentino y después, ya en Europa, llega al “Equipo Automundo”, llevándose los italianos una gran impresión por su modo de manejar. Precisamente, por tan extrema forma de conducir fue que recibió su apodo más conocido: «Il Matto» (El Loco).
En 1967, y con el advenimiento de los evolucionados prototipos del TC, Carlos Pairetti permutaría su vieja Coupé, por uno de los varios prototipos que engalanaron las largadas de esa época. Fue el comienzo del “Barracuda Chevrolet” que, a juzgar por lo dicho por Pairetti, fue el mejor coche que había manejado. Se trataba de un prototipo basado en el chasis de una vieja cupé Chrysler, con una carrocería diseñada por Alain Baudena, y motorizado con un impulsor Chevrolet de 230 pulgadas cúbicas. Sin embargo, el avance de IKA con el Torino y las Liebres, se volvió tan abrumador, que Pairetti se las ingenió como pudo para hacerle frente a sus adversarios y obtener 3 triunfos entre 1967 y 1968.

Precisamente, 1968 sería el gran año de Pairetti, ya que se coronaría por primera y única vez, Campeón Argentino de Turismo Carretera. Luego de haber obtenido un triunfo en el año con el Barracuda, Pairetti observó que nada podía hacer ante el poderío de las huestes de IKA. Con el campeonato como objetivo principal, Pairetti se contactó con el constructor Horacio Steven para comenzar la creación de un prototipo capaz de derrumbar las aspiraciones del «Equipo Nacional». Fue así que el 23 de junio de 1968, vio la luz el prototipo que más tarde fuera bautizado como El “Trueno Naranja”. Con esta poderosa arma, Pairetti se alzaría con 4 triunfos que le fueron suficientes para proclamarse Campeón Argentino de Turismo Carretera, y logrando su objetivo de desbancar a los Torino. En este año también, decide incursionar en la Fórmula 1 Mecánica Argentina donde obtiene el triunfo en las “500 millas de Rafaela”.
En 1969, Carlitos Pairetti cambia su unidad, cuando decide adquirir un chasis de “Liebre III-Chevrolet”, al cual motorizara con un impulsor Chevrolet 250. Esta nueva creación de Pairetti fue bautizada como «Nova Naranja» y fue un arma pensada por Pairetti para revalidar su número «1», ante la recuperación de los Torino. Con este modelo, Pairetti obtuvo solamente 2 victorias, no pudiendo repetir el éxito anterior.
En 1970 y luego de 17 años representando a Chevrolet, Pairetti decide cambiar de marca, pasándose al bando de Ford. Esta decisión fue reprobada por los fanáticos de ambas marcas, ya que de un lado los de Chevrolet no aceptaban que su estandarte se pase al bando rival, mientras que los de Ford lo miraban con desconfianza por su pasado en Chevrolet. Debutó con la marca en la Fórmula B, instaurada para los Sport Prototipo, cambiándole el motor a su Nova Naranja por un Ford 221. Al año siguiente, es contratado por el equipo oficial Ford que competía en el llamado, Trismo de Carretera “Fórmula A”, para coches de producción. A pesar de haberle dado a Ford una victoria que se le negaba de hace bastante tiempo, Pairetti se retiró de la marca, debido a un conflicto con José Miguel Herceg, su preparador. El motivo: Pairetti tenía por costumbre acelerar su coche hasta no más poder y no aflojar el pie del pedal, provocando que el motor termine muy castigado a causa de este trato que le propinaba. Esto a Herceg no le hacía mucha gracia, y menos si se trataba de uno de los coches que contaban con su motorización.

Este alejamiento, le permitió a Pairetti ir a mostrarse en el exterior, donde hizo gala de su manejo, en las 300 Millas de Indy, siendo el primer argentino en correr en dicha especialidad. Después, intentó sin éxito clasificar en las 500 millas de Indianápolis, pero dejó una buena imagen, asegurándose un buen auto para las “300 Millas de Rafaela” que se corrieron en 1971 en el óvalo de la ciudad Rafaela, en Santa Fe.
Volvió al país en 1977 para volver a correr en el Turismo Carretera. Este año, alternó su participación con una coupé Dodge GTX y con un Dodge 1500. Con este último auto, obtuvo una nueva victoria el 26 de marzo de 1978. Finalmente, se retiró el 14 de agosto de 1978 a bordo de su coupé Dodge GTX. Después, tuvo un breve paso por el periodismo radial, como integrante del equipo Carburando.
El ex piloto de Turismo Carretera Carlos Pairetti murió en las últimas horas luego de atravesar complejos problemas de salud devenidos de deficiencias respiratorias, renales y cardiológicas, en el Hospital Santa Francisca Romana de Arrecifes, donde permanecía internado.
Inicialmente Don Carlos tuvo una neumonía bilateral con la que ingresó hace poco más de un mes al Hospital Municipal de Arrecifes, y luego fue trasladado a un nosocomio de Pergamino confirmaron medios locales. Tiempo atrás, había superado un ACV y tuvo infecciones pulmonares, pero su salud fue mejorando y hasta se animó a asistir al autódromo Oscar y Juan Gálvez para ver el debut de su nieto Santino, hijo de “Tim”, en la categoría ALMA, con un Fiat Uno de la Clase 2.

Arrecifes lo había adoptado de pequeño y siempre la representó automovilísticamente, era uno de los “4 Ases de Arrecifes”, (José Froilán González, Luis Rubén Di Palma y Carlos Marincovich), que diseñó la localidad dentro del automovilismo argentino y mundial, con representantes de la talla de José Froilán González, Luis Rubén Di Palma, Carlos Marincovich, Néstor Jesús García Veiga, Norberto Fontana y Agustín Canapino, entre otros.
Nunca fue un piloto que brillara por lo prolijo, “era de los que aceleraban con las dos patas”, iba siempre al límite, en rutas o circuitos, marcó toda una época en el automovilismo argentino, la gente lo sabe y hoy, ya lo estamos extrañando.
Excelente reseña de un campeón! Lo conocí a Pairetti porque era la cara de una marca de anteojos que vendía mi viejo, en su negocio de Mercedes (Corrientes), año 1969!!!
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