Por: Oscar Filippi – Para: Prensa OHF
Ángel Rubén Monguzzi, nació en la ciudad de Córdoba un 8 de Octubre de 1938, por la tanto, ha cumplido 84 años de vida, todavía no levanta el pie. Angel Monguzzi, “el Negro”, habitante desde hace más de 30 años del planeta de los fierros. Pudo ser golfista profesional y de elite, fue un eximio jugador como tantos cordobeses, pero los palos perdieron con el acelerador.
“Fui un gran jugador de golf, lo practiqué desde los 9 años, y siendo aficionado, se me dio de ganar un torneo a los profesionales”, recordó, orgulloso.
-¿Cómo se hace para correr hasta los 84 años?
-“¡Uh!, siempre me cuidé; nunca tomé vino, nada; sólo agua mineral, tampoco fumé jamás. ¡Eso sí, ahora capaz que, me tomo un champucito, pero nada más, ja!”. Me acuerdo que mi viejo cuando yo era chico, me dijo, “hacete macho sin fumar”, y cumplí.
De lo más reciente que ha hecho en el automovilismo, Monguzzi corrió varias en la Fiat Línea Competizione, la telonera del TC 2000. “Pude ser un golfista de la “p… madre”, pero preferí los autos. Lo que pasó fue que, en esa época de los años 60, el golf no te permitía vivir, en cambio el automovilismo sí. Y además desde ya, siempre fue una de mis grandes pasiones. Y tuve suerte de darme grandes gustos como correr en los años de oro del Turismo, en Fórmula 1 Argentina, estuve en el equipo oficial Chevrolet y en el Chrysler, corrí afuera… El automovilismo me hizo y me hace feliz; coseché muchos amigos.
Recordó con orgullo el día del debut, “empecé a correr el 9 de julio del 58 con un Volvo 444, en una carrera en el Parque Sarmiento de Cordoba; se corría con una categoría de Ford T, Salían unas carreras bárbaras… Desde aquel día al presente, el Negro participó en 347 carreras, de las que ganó 81.

-¿Cuál es tu auto de calle preferido?.
-El Mercedes Benz, cualquier modelo es impresionante. Yo tengo una cupé SL modelo 81, motor V8 de aluminio, lo tengo impecable y anda como un 0 km.
-¿Y el mejor auto de carrera que has manejado en tu vida?.
-¡El Porsche 917!, lo corrí en los 1000 Kms de Argentina en el ´71; mi compañero fue Reinhald Jost, el mismo que ahora es director deportivo de Audi en Europa. Andábamos a 340 km/h en la recta del autódromo, de locos!.


Con el Porsche 917 en los 1.000 Kms. de Buenos Aires:
En ocasión de la competencia de los 1000 km. de Buenos Aires de 1971, el piloto argentino Angel Rubén Monguzzi apodado «Negro» tuvo la suerte de ser invitado a participar en un Porsche 917 del equipo “Auto Usdau” en reemplazo del piloto alemán Willi Kauhsen, atacado por una fuerte gripe el día viernes antes de la carrera. Su pareja sería el también alemán Reinholdt Jöst
Así fué como el sábado el «Negro» se encontró montado sobre un 917 que hasta hacía muy poco era unidad del equipo “John Wyer” (GULF-WYER) y ahora estaba en manos de Herr Usdau, quien era el D.T. de la escudería.
Monguzzi no sabía siquiera como era el diagrama de cambios ni si la caja era de cuatro ó cinco marchas y decía: «Es un auto difícil de manejar porque no es franco. Es muy sensible. Es medio caprichoso. Antes de subirme me fuí al mixto y empecé a mirar como hacían para doblar Siffert, Bell y Rodríguez. De esa manera me di una idea de cómo era el asunto. Si uno busca el radio ideal y lo mantiene allí, dosificando el acelerador a la salida de la curva (cualquiera que sea), seguro uno va a parar al pasto…. En cambio, si uno encara la curva con el auto cruzado y busca siempre la cuerda para que la trompa no se descontrole, sale perfecto. Y si no, basta con observar como dobla Vic Elford. Es la única manera de doblar rápido. Yo lo vi y traté de imitarlo…. le encontré la mano y seguí así porque estaba cómodo. Pero digo que de ninguna manera es un auto que se entrega al que lo maneja. Uno debe anticiparse a las mañas que tiene».
«¿Por qué me adapté tan rápido? Sinceramente, no lo sé. Posiblemente por la agencia. Siempre tuve agencia de venta de autos y de chico manejaba cualquier cosa. Un camión Volvo, un Morris 8, un Morris-Cooper, un Volvo Sport ó una chatita Ford 38, y creo que eso debe influir… ésa es la única explicación lógica que le encuentro a ésto».
«Claro que andar en un auto en serio es muy distinto. ¡Es increíble la tenida que tiene el 917! Uno viene a 300 km/h en la recta del fondo y larga el volante, y el auto va derecho. En cambio, en las curvas no hay mucha diferencia con los Sport Prototipos argentinos».
«Lo que más me impresionó del 917 fue la aceleración, debido al motor que es una barbaridad y el poder de frenaje es de no creer».

Para el cumpleaños de los 80 años, el “Negro” Monguzzi en Mendiolaza, Córdoba, convocó a unos cincuenta amigos, que llegaron para acompañar a unos de los íconos del automovilismo argentino y tributar su homenaje al piloto que compitió durante seis décadas en forma ininterrumpida, en distintas categorías y se ganó el respeto y la admiración de muchos de sus rivales.
Estuvieron presentes los expilotos Carlos Ernesto Ruesch y Néstor Jesús García Veiga, además de sus hijos y su esposa, que fueron grandes anfitriones.
Ángel Monguzzi, disfrutó mucho del Pianetto-Dodge de Mecánica Argentina Fórmula Uno, con el cual el cordobés ganó las 500 millas de Rafaela en la década del ’70 y que por inquietud de Omar Martín llegó desde Marcos Juárez.

Biografía automovilística:
Su primera carrera fue en 1958, cuando tomó el Volvo P44 de su padre y se inscribió en una carrera zonal estándar, la cual ganó. En los años siguientes corrió en Turismo Mejorado, Turismo Grupo 2, Fórmula 4 nacional, entre otros campeonatos. Fue campeón de Turismo Nacional Clase B 1968 con un Renault Gordini.
A finales de los 60 debutó en Turismo Carretera con un Panizza-Tornado. Su última carrera en la categoría fue en Mina Clavero en 1972, donde tuvo un accidente a poco de la llegada estando en el primer puesto. En esos años también corrió en Sport Prototipo Argentino.
En 1971 participó en los 1000 km de Buenos Aires del Mundial de Marcas con un Porsche 917K. Ocupó el lugar de Willi Kauhsen, quien se encontraba enfermo, en el equipo alemán Auto Usdau y corrió junto a Reinhold Joest. Se quedaron sin nafta a mitad de la competencia.
En 1972 corrió en los 500 km de Interlagos con un Berta LR-Cosworth, ganó las 500 Millas de Rafaela del campeonato de Fórmula 1 Mecánica Argentina con un Pianetto-Dodge, alcanzando el récord histórico de velocidad promedio, y fue campeón de esta categoría con cuatro victorias y 96 puntos, 30 puntos más que el subcampeón Luis Rubén Di Palma.
Al año siguiente viajó a Estados Unidos para ser parte de las 6 Horas de Watkins Glen junto a Néstor García Veiga en un Ferrari 365 GTB/4. Repitió la victoria en las 500 millas en 1977 con un monoplaza del mismo fabricante, en la Mecánica Argentina F1.
En 1982 fue campeón junto a Daniel Mustafá de la Clase 7 del TN, con un Renault 18. Entre 1982 y 1987 corrió en el Club Argentino de Pilotos, triunfando en varias ocasiones.
En los años 2000 compitió en Top Race (ganó en La Rioja 2002), Fiat Linea Competizione y Copa Mégane, entre otras. También participó en la Carrera de la Historia de Top Race de 2009 como invitado de Néstor Girolami. En 2018, con 77 años, fue parte de una competencia de la Porsche GT3 Cup Trophy Argentina.

Entre autos y el golf:
Monguzzi comenzó a jugar al golf a los nueve años. Participó en el mundial de Estados Unidos 1960 y en Roma. Ganó la Copa de Oro en Punta del Este a Roberto Benito por 20 golpes.
Los autos de carrera y el golf son su pasión de siempre y los que lo mantienen vivo. «Gran parte de mi secreto es la tranquilidad con que encaro el deporte y que me lleva a terminar las carreras, por ejemplo, casi sin cansarme y con muy poco sudor derramado. Pero también es cierto que arriba del auto o en la definición de un hoyo de golf, saco toda mi condición de «guerrero» para intentar definir la situación a mi favor. Me concentro mucho, fijo mi vista en los relojes del auto y no pierdo tiempo en mirar los espejos retrovisores, porque si te desesperás porque te puedan pasar, seguro que perdés».
«¿Miedo? No, pero tengo precaución, como me pasó en Punta del Este, en el que una vocecita interior me dijo, ‘cuidate porque te podés golpear´ y así pude zafar cuando se rompió una parrilla de suspensión. Fue una locura correr en las calles de Punta. Después dicen que Rafaela es peligroso», contó el cordobés.
A la hora de trazar semejanzas entre el golf y los autos, Monguzzi dijo: «En la cancha, si sos tranquilo, te matan, tenés que sacar tu garra interior, matar a tus rivales, pero jugando bien. «El Gato» Romero y «el Pato» Cabrera son ejemplos claros. Parecen garrapatas por la forma que se prenden al jugar. Hay que manejar la presión, y ese es mi gran secreto».
A lo largo de sus exitosas carreras en ambos deportes, entabló amistad con importantes personalidades, como por ejemplo el expresidente Carlos Menem. Y sobre ello reveló una anécdota que desató risas: “Jugábamos juntos al golf y sus asesores me pedían que lo deje ganar”.

Fueron las victorias de Monguzzi en las 500 Millas de Rafaela en la Fórmula Uno Nacional. En la edición de 1972 superó los 215 km/h de promedio y se llevó 2,5 millones de pesos de premio. La otra fue en 1975, ambas con motores Dodge.
Monguzzi ganó cuatro campeonatos en su campaña deportiva: 1968 y 1981 en Turismo, con Renault Gordini y Renault 18, en pareja con Daniel Mustafá. Los restantes fueron en la Mecánica Argentina Fórmula Uno, en 1972 y 1975, respectivamente.