Sucedió un 13 de Enero vale la pena recordarlo – Efeméride de Libertad
Día de la fraternidad Argentino – Dominicana


Por: (*) Oscar Filippi – Para: Prensa OHF
El 13 de Enero de 1920, es una de las fechas que con orgullo, atesora el libro de efemérides navales de la Armada Argentina y que lamentablemente, en el devenir histórico contemporáneo y por el desarrollo mismo de los acontecimientos, ha quedado olvidado y hasta ignorado por las actuales generaciones. Vale la pena recrearlo porque es un justo homenaje a un gran Presidente argentino y porque en él, la República Argentina, a través de un buque de su Armada, ejerció un acto de política exterior, digno de nuestras tradiciones Brauwnianas y Sanmartinianas, cual fue, reivindicar la soberanía de un pueblo americano libre.
Desde 1907, un “síndico general de aduanas” nombrado por los Estados Unidos tenía a su cargo en Santo Domingo (República Dominicana) la recaudación de la renta y podía reclamar para ese menester la ayuda de su país. El síndico retenía el monto para pagar los servicios y amortizaciones de los empréstitos extranjeros y daba el remanente al gobierno. En 1913 una revolución depuso al gobierno grato a los Estados Unidos, y Woodrow Wilson junto a William Jennings Bryan, ordenaron al síndico retener la parte del gobierno y “no entregarla a ningún presidente institucional”. Para apoyar su determinación, desembarcaron tropas para custodiar la aduana y vigilar las elecciones; como éstas no fueron satisfactorias para sus intereses, ocuparon la capital, y se quedaron hasta 1924 “para bien de los dominicanos a pesar de ellos mismos”, asegura seriamente S. Flagg Bennis (La diplomacia de Estados Unidos en la América Latina).

El 24 de mayo de 1919 había fallecido en Montevideo el ilustre poeta Amado Nervo, embajador de Méjico ante la República del Uruguay. Como Nervo había sido embajador concurrente en la República Argentina, el presidente Hipólito Yrigoyen ordenó que sus restos fueran repatriados con todos los honores en el crucero ARA “9 de Julio”.
En la singladura de regreso de su viaje a Méjico, el barco se vio obligado a hacer escala, y su comandante consultó con el ministerio de Marina si podía tocar o no Santo Domingo y, en caso afirmativo, si saludaba a la bandera norteamericana al entrar al puerto, a la sazón, ocupado por fuerzas militares de los Estados Unidos.
La inmediata respuesta del presidente Yrigoyen fue: “Id y saludad al pabellón dominicano”.
Al entrar al puerto, el día 13 de Enero de 1920, el acorazado ARA “9 de Julio” izó al tope la bandera del país ocupado, saludándola con una salva. Corrió la voz por la ciudad, y personas fervorosas compusieron con trozos de tela una bandera dominicana que izaron en el torreón de la fortaleza.
Veintiún cañonazos de la nave argentina tributaron el homenaje a la enseña dominicana. La multitud se lanzó a las calles, y una gran manifestación se dirigió hasta la casa municipal ante la perplejidad de las autoridades de ocupación que no se atrevieron a impedir el pronunciamiento popular.
Uno de los improvisados oradores dijo: “Loas al presidente argentino Yrigoyen que nos ha hecho vivir siquiera dos horas de libertad dominicana”.
Dos años después, dos delegados del Partido Nacional Dominicano llegaron a la Argentina a testimoniar al presidente Yrigoyen el reconocimiento del pueblo de su patria por su extraordinario gesto. Uno de los emisarios, el doctor Francisco Henríquez y Carvajal, relató el suceso mientras la emoción llenaba sus ojos de lágrimas.
La campaña de los patriotas dominicanos para el retiro de las tropas norteamericanas tuvo una alta expresión en la asamblea del año 1921, que se dirigió al Presidente argentino en los siguientes términos:
“San Pedro de Macorís (Rep. Dominicana), marzo 15 de 1921
El Congreso de las Juntas Patrióticas instalado el 6 de marzo, envíale mensaje de gratitud dominicana y confía en que vuestro constante esfuerzo de apoyo a la causa de la República acelerará su éxito.
(Firma) Rolando Martínez – Presidente.”
La posición internacional del presidente Yrigoyen está reflejada en las palabras que diez años más tarde, en su segunda presidencia (1928 – 1930) y con motivo de la ocupación de Nicaragua por los Estados Unidos, le dirigiera al presidente (electo) Herbert Hoover: “Los pueblos son sagrados para los pueblos, y los hombres son sagrados para los hombres”.
En la concepción yrigoyenista, la soberanía de las naciones, aun de las más débiles, es de carácter “inmanente” y su condición es “inmutable”. Durante sus dos presidencias fue uno de los más fervientes defensores e impulsores en América, de la doctrina internacional de otro gran argentino, el Dr. Don Luis María Drago.

Un ejemplo para no olvidar, en el ejercicio pleno de la democracia, las Fuerzas Armadas, como Instituciones de la República, se convierten en parte indisoluble de la decisión de sus gobiernos y son una herramienta clave en apoyo de su política exterior.
En el año de 1965, en su viaje de instrucción, la Fragata ARA “Libertad”, depositó en tierra dominicana, el cañón del crucero ARA “9 de Julio” con el cual se hicieron las salvas de saludos, aquel 13 de Enero de 1920. Hoy está como símbolo de admiración de dicho pueblo, en la explanada frente a la Escuela Naval de la República Dominicana.
Fuentes consultadas:
Libro de Efemérides Navales de la Armada Argentina
Historia y Arqueología Marina (histarmar.com.ar)

(*) Por: Oscar Filippi
Corresponsal Naval en Armada Argentina
Ha participado embarcado en los Operativos Internacionales: ATLASUR; FRATERNO; UNITAS; INTRGRACION; SAR 2000, 2002, 2004 y 2006 y MILENIUM II. Ha navegado en todas las unidades de guerra de la Armada Argentina, en unidades de superficie brasileñas, uruguayas, norteamericanas y británicas.
Ha participado de la “Etapa Charlie” a bordo del Aviso (A-6) ARA “Suboficial Castillo” en la Antártida Argentina durante la Patrulla Antártica Naval Combinada con la Armada de Chile en 2010.
Ha volado con la 1ª y 2ª Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, acredita muchos anavizajes en la cubierta de distintos buques. Ha realizado diez singladuras en la Fragata ARA “Libertad”. Es Submarinista Honorario, realizando cuatro cruceros (Dos en el submarino ARA “San Juan” y dos en el submarino ARA “Santa Cruz”). Ha operado con Fuerzas Especiales (APBT y APCA) de la Armada Argentina.
Con la Fuerza Aérea Argentina ha cubierto distintos operativos nacionales e internacionales.
Es investigador del Conflicto del Atlántico Sur, realizando más de 300 entrevistas a veteranos de guerra, ha publicado más de 100 artículos sobre dicha temática y disertando en más de 20 ciclos académicos sobre Malvinas.
En 2015, 2016 y 2018 fue invitado a distintas ciudades eropeas (Caen – Duxford (GB) – Saint Tropez e Ypres, Bélgica), para realizar “Seminarios de Historia Militar”, sobre la “Operación Overlord”, la “Batalla de Inglaterra”, la “Operación Anvil-Dragoon” y el “Centenario del Fin de la Primera Guerra Mundial”.