Recordando mi primer vuelo sobre el Mar… ¡NO HACERLO NUNCA…!!!

Por: Oscar Filippi – Para: Prensa OHF

Fue el mismo día en que rendí el examen de Piloto Privado de Avión en el Aeroclub Mar del Plata. En la mañana del 24 de Abril de 1973, luego de la prueba teórica y el vuelo con el inspector de la ANAC y de haber recibido el tan ansiado “APROBADO”, esperamos con ansias, el resultado del resto de los “alumnos” que nos acompañaron en el curso.

Por la tarde, completé el tanque de combustible del querido PIPER PA-11 (el LV-XJD), como todos saben, un monomotor de apenas 65 HP de potencia. Esperé que nuestro instructor, el querido y recordado “Chamigo”, Aldo MICHELINNI (el “Negro”), despegara con el Cessna 180 para llevar unos pasajeros hasta Miramar y allí mismo, detrás de él, inicie el carreteo a la cabecera de pista (22).

Despegué con un solo rumbo en la mente, “CER0 NUEVE CERO” (090). Tenía dos horas de autonomía y el viento era de apenas 10 Nudos de los 140º. Así que pensé, a la vuelta componente de 3/4 de cola. Me dije, 50 minutos al Este y después con la componente estimada, volaría más rápido y me sobraría combustible al aterrizaje.

Puse el tan ansiado “rumbo al mar” y me dediqué a “paisajear”, todo Sol, un mar verde brillante y sobre el horizonte, unos puntitos que parecían embarcaciones.

Hacia allá fuimos (mi avión y yo), 45 minutos después (y unos 30 Kms mar adentro) y con apenas 500 pies de altura (150 metros), “rompí” sobre las tres lanchitas amarillas que volvían a puerto tras su jornada de pesca. ¡Cómo no saludarlos…!!! Tres pasadas en rasante me hicieron sentir como el propio “Barón Rojo”, podía distinguir a los pescadores agitando sus brazos a modo de saludo.

Puse rumbo DOS SIETE CERO (270) y con una sonrisa que abrazaba mi cuello, regresaba hacia el aeroclub.

Un punto sobre el horizonte y volando más alto que yo, me llamó la atención. Era el Cessna 180 de nuestro querido instructor que regresaba sin completar su vuelo a Miramar y yo, como 10 Kms mar adentro y siempre a 500 pies. No creo que me vea, eso pensé. Pero para el “Negro” Michelinni, si no te veía, te presentía y después me enteraría que me vio y “se la presentía”… je, je, je ¡!!!

Obviamente, el 180 le permitió aterrizar antes que yo. Con sus manos en la cintura y con cara de pocos amigos, me estaba esperando en plataforma. Me hizo la típica seña de “cortar motor” y ahí dude, sino estaría pidiendo mi cabeza… Pero bueno ¡¡quién me quita lo bailado!

¡“IRRESPONSABLE”…!!! fue lo primero que escuché, lo segundo, “dame la licencia” (tenía un permiso precario) y lo tercero, “tenés una semana en el banco, no volás por siete días”, sentenció.

Su explicación fue más que lógica, volar con un monomotor sobre el mar y a más de 30 Kilómetros de la costa con apenas 150 metros de altura, era de locos, ante el menor problema en el motor, el agua te abraza… y encima, sin chaleco salvavidas ni elementos de supervivencia en el mar. Tenía toda la razón del mundo (como siempre).

Esa fue mi primera experiencia como Piloto Privado de Avión, volando sobre el Mar, como siempre había querido y con “siete días de vacaciones” posteriores. Todavía hoy recuerdo que se me hicieron eternos.

Hermoso recuerdo compartido con quien llegó a ser un Gran Amigo, Aldo Michelinni, el hombre que me enseñó a volar. El que hizo posible que lo hiciera sobre el MAR, como lo había soñado siempre.

Publicado por prensaohf

Periodista y Corresponsal Naval.

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