Por: Museo de Aviación Naval (MUAN)
Aporte vía: Rubén HIERRO
Publicado por: Prensa OHF
El país vivía momentos particularmente angustioIsos, ya que se había propagado una epidemia de parálisis infantil que hacía estragos en la población.
«Poliomielitis” fue una palabra ominosa y sombría, hasta que las vacunas de los doctores Salk y Sabin eliminaron la amenaza de una cruel enfermedad, más temida y cruel por que se cebaba primordialmente en la población infantil y dejaba serias secuelas.
Ese mal asoló nuestro país a partir del segundo semestre de 1955, alcanzando a 26 casos por cada 10.000 habitantes y, si bien casi la mitad de ellos se produjeron en la Capital y suburbios, el resto tuvo que ser trasladado por un equipo médico encabezado por el doctor Ernesto Escudero a los centros especializados de Buenos Aires.
El traslado por vía aérea de todos esos casos estuvo a cargo de la SEGUNDA ESCUADRILLA DE TRANSPORTES AERONAVALES, que cubrió 174.000 kilómetros en 640 horas de vuelo, el 54 por ciento de las cuales fueron nocturnas, aterrizando la mayoría de las veces en lugares que aún hoy no cuentan con aeródromo, por lo que se operó utilizando tramos rectos de caminos, potreros con suelo firme y hasta una cancha de fútbol y la superficie aledaña.
Este esfuerzo implicó la necesidad de que la ARMADA tuviera un avión dotado de pulmotor las 24 horas, durante dos años.
La FUERZA AÉREA ARGENTINA, que por ley tenía asignada la tarea, había provisto un C-47 para colaborar en la creación del Centro de Concentración de Enfermos que debía estar situado en la Provincia de Corrientes; pero en el primer vuelo transportando un cargamento de pulmotores, el avión había capotado resultando destruido y no pudiendo ser reemplazado, por lo que, a partir de ese momento, todos los vuelos debieron ser hechos por la AVIACIÓN NAVAL.
Para cumplir esa honrosa responsabilidad, la SEGUNDA ESCUADRILLA DE TRANSPORTES AERONAVALES mantuvo, durante los dos años que duró la epidemia, un avión a la orden, con su tripulación y el correspondiente apoyo en tierra, a media hora de aviso, listo para trasladarse a cualquier lugar del territorio del país.
El avión asignado fue el DOUGLAS C-47 matrícula CTA 23, a bordo del avión se instalaron pulmotor, resucitadores, un equipo de oxigenoterapia, mesa de operaciones, instrumental quirurgico y 14 camillas, lo que lo convirtió en un aparato único en el mundo.
La primera tripulación designada para el mismo fue integrada por voluntarios que cumplían la condición de ser solteros:

Teniente Walter Oppen, comandante
Teniente Enrique Gentilini, piloto
Suboficial Miguel Malvacio, radio-operador
suboficial Francisco Luja, mecánico
cabo Bernardo Varela, ayudante mecánico.
Puede decirse que en ese instante nació el DEPARTAMENTO DE AVIACIÓN SANITARIA DEL MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA, siendo el Dr. Ernesto Escudero su creador y primer director. El equipo médico estaba integrado, por el Dr. Ernesto Vicente Massafero, el Dr. Luis María Sirolli que ejercía la función de coordinador, la instructora de enfermeras Srta. Nélida Sigali y los conscriptos Alberto Ferrando y Daniel Gonzalez, estudiantes avanzados de medicina. Más adelante participaron otros médicos, entre ellos el Dr. Alberto Couchou.
La campaña de vuelos sanitarios consistía en llevar a chicos a Buenos Aires porque en medio de la epidemia de polio gran parte de ellos eran atacados en las vías respiratorias y para salvar sus vidas debían ser colocados en pulmotores que sólo estaban en el HOSPITAL MUÑIZ, en él se había constituido el Centro de Concentración de Enfermos de todo el país, contando con todos los recursos disponibles.
El Douglas C-47 quedaba estacionado en el Aeroparque. Al cabo de los primeros tres meses, regresa al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. A partir de entonces se continuó sirviendo al departamento de Aviación Sanitaria, pero ya no con tripulación ni avión fijo.
El 27 de Febrero de 1958 se puede considerar el fin de la campaña, aunque se siguieron haciendo vuelos de evacuación para casos de emergencia de otra índole. El CTA-23 llegó a ser tan conocido en su momento, que se lo consideraba un servicio permanente, “se le llamaba el Avión de la Esperanza”, fue un diario el que lo bautizó con ese nombre. Varias veces a la semana salía en los periódicos, en resaltado, la actividad que había cumplido el avión mencionado.
En uno de esos vuelos que abarcó las ciudades de Catamarca, Tucumán y Reconquista y duró 10.30 horas, realizado el 22 de junio de 1956, el estado del enfermo Ricardo Félix Pamel, de un año y medio de edad, embarcado en la última de las ciudades mencionadas, se agravó y debió ser intervenido en pleno vuelo. La operación consistió en una traqueotomía y resultó ser la primera intervención quirúrgica practicada en vuelo en toda la historia de la aviación.
El avión mantenía comunicación con el Departamento de Aviación Sanitaria a través de la red radial de la Armada y de la Red de Radioaficionados, quienes cubrían todas las operaciones, lo que permitía actualizar en vuelo todos los pedidos de evacuación desde diferentes lugares.
El Doctor ESCUDERO, al cabo de dos años de dirigir el SERVICIO DE RESCATE AÉREO de todo el país y cuando había terminado la epidemia de poliomielitis, fue enviado a perfeccionarse en Francia. Para su sorpresa comprobó que un elevado porcentaje de los enfermos que trasladaban por vía aérea desde Africa del Norte al continente, fallecían en vuelo. De modo que transfirió su propia experiencia a las autoridades francesas, de resultas de lo cual, el manual para traslado de enfermos por vía aérea que usó Francia por ese entonces fue redactado sobre la experiencia de la AVIACIÓN NAVAL ARGENTINA.
El SERVICIO, pasó luego a ser DIRECCIÓN NACIONAL, a la que se le asignó un avión, el LQ-MSP adquirido con los fondos que se recolectaron durante la epidemia. Durante varios años, ese y los otros aviones que fue necesario utilizar, fueron tripulados por tripulaciones navales, hasta que el 7 de febrero de 1968 las autoridades nacionales dispusieron su transferencia a la FUERZA AÉREA ARGENTINA. Para ese tiempo, las tripulaciones de la ARMADA llevaban hechos 1.286 vuelos en 14 años, con un recorrido de más de un millón y medio de kilómetros.
El Doctor Ernesto ESCUDERO, un hombre notable, cuya vida fue un ejemplo de dignidad y patriotismo, a pesar de no haber actuado nunca en política, en un momento de profunda depresión, se quitó la vida.