Hoy, 13 de Mayo, se cumplen 73 años de la primera carrera de la F1 actual, fue en circuito histórico del viejo aeródromo militar de Silverstone, con motivo del
“Gran Premio de Europa”.
Por: Oscar Filippi – Para: Prensa OHF
Hoy cumple 73 años, el Primer Gran Premio de F1, se denominó “Gran Premio de Europa” y se corrió en el circuito británico del viejo aeródromo militar de Silverstone. La cita que dio lugar al nacimiento del Campeonato Mundial de la Categoría Reina.
Sus pistas, empleadas durante la Segunda Guerra Mundial por los bombarderos de la Royal Air Force (RAF), fueron testigo del nacimiento del “Gran Circo”. Aquella temporada, cuyo vencedor final fue Emilio Giuseppe “Nino” Farina, estuvo compuesta por siete rondas en Inglaterra, Mónaco, Indianápolis, Suiza, Bélgica, Francia e Italia.

Pista histórica:
No se duda nunca que los centros neurálgicos del automovilismo mundial comparten dos capitales: Inglaterra e Italia. Ambos países son vitales para entender la creación y desarrollo de la Fórmula 1 y un sin fin de pilotos.
Por ello, hasta el día de hoy, Silverstone y Monza son las únicas pistas que se han mantenido en el calendario desde 1950, incluso a pesar de que en la temporada 2020 hubo cancelaciones al por mayor de Grandes Premios.
Al contrario, Silverstone acogió dos fechas en aquel “pandémico” año y sigue siendo una pista, por más histórica, que tanto pilotos como equipos buscan ganar por su importancia en el paddock. La temporada se disputaría con un récord de 22 Grandes Premios, hasta que finalmente después de cancelaciones y sustituciones de carreras, se confirmó un calendario definitivo de 17 competencias. La temporada comenzó en julio con el Gran Premio de Austria.
Estamos hablando del primer Gran Premio de Fórmula 1 de la historia. Efectivamente, antes de eso, existían los grandes premios, e incluso un campeonato europeo, pero nada tan «grande» como la Fórmula 1. De hecho, ésta nueva invención no era nada más que el viejo campeonato de Europa con una carrera añadida; las 500 millas de Indianápolis, que era casi como si no estuvieran, pues los europeos no se aventuraban a disputar la mítica carrera, mientras que los americanos preferían no salir de sus confortables casas.
Por primera vez la F1 moderna tomaba forma, dejando atrás el precedente de la década de los ‘30 con el campeonato a la Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus, que posteriormente se transformaría hasta convertirse en lo que hoy conocemos como la Federación Internacional del Automóvil (FIA).
No hay que olvidar que hablamos de la década de 1950, los adhesivos que actualmente sirven de soporte a los dorsales no estaban implementados en la categoría reina, son comunes las imágenes que nos muestran a los equipos fijar con pintura sus dorsales antes del inicio de un Gran Premio.
Así pues, en estos primeros pasos de la F1 como categoría oficial, el dorsal número 1 no se asociaba al piloto campeón del año anterior. Se trataba puramente de un mero elemento identificador. El primer piloto que utilizó este dorsal en la categoría reina fue ni más ni menos que el pentacampeón del Mundo, Juan Manuel Fangio. Fue en el también, primer Gran Premio de la Historia de la F1, celebrado en Silverstone.

Esto nos deja, con un campeonato de siete carreras que en realidad serían seis para la mayoría de pilotos. Gran Bretaña tiene que ser la primera, es casi una cuestión de ley. Brooklands fue el primer circuito de carreras de la historia (que tuve oportunidad de visitar en 2015) y Silverstone, el lugar elegido. Solía ser un aeropuerto, pero ahora las “máquinas que vuelan» son distintas.
Estamos hablando de un gran evento digno de no solo la aristocracia, sino de toda la plana mayor de la monarquía. Además, Silverstone reunió ese día un impresionante número de espectadores, que ya quisieran igualar las carreras de hoy en día. Hablamos de 200.000 personas que se desplazaron al circuito para ver la competición, que no les defraudó.

El baile de los pilotos:
La estructura de los equipos en 1950 fue bastante caótica, y estuvo dividida por la mitad. De un lado se encontraban las escuderías que contaban con varios pilotos, como Ferrari, Scuderia Ambrosiana y Scuderia Achille Varzi, y de otro estaban los equipos creados ad hoc para uno o varios pilotos. Asimismo, varios corredores disputaron las pruebas de aquel primer calendario con varios equipos. Hubo incluso un caso de un piloto que corrió en tres escuderías aquel año, el francés Raymond Sommer, que se subió a los coches de Ferrari, Talbot-Darracq y su propio equipo. Entre los constructores destacó la empresa francesa Talbot-Lago, que proporcionó motores a la escudería que llevaba su nombre y a nueve equipos privados.
Por si esto fuera poco, era práctica habitual en aquel primer Mundial de Fórmula 1 que algunos pilotos compartieran el auto en varias de las carreras. Esto podía pasar cuando uno de los corredores estrella se veía obligado a abandonar la carrera y la continuaba con otro bólido. El caso más curioso se produjo en el Gran Premio de Italia, la prueba con la que concluyó aquel primer Mundial. El piloto italiano Dorino Serafini, que no había participado en ninguna carrera hasta entonces, se subió a uno de los autos de Ferrari, pero a la mitad de la prueba, el piloto más emblemático de aquel primer «Cavallino Rampante», Alberto Ascari, le sustituyó, y acabó en segunda posición. De acuerdo a las reglas de aquel Mundial, Ascari y Serafini se repartieron equitativamente los 6 puntos que les correspondían, lo que le valió a Serafini para apuntarse sus únicos puntos de la temporada en su única participación.

¿El primer Mundial…?:
Existe una cierta polémica en torno al hecho de si el de 1950 fue el primer Mundial de la historia. En lo referido a la Fórmula 1 como la conocemos hoy en día no hay ninguna duda, pero es cierto que existen precedentes que obligan a abrir la perspectiva. En los últimos años del siglo XIX, se empezaron a celebrar algunas carreras en las que solamente participaban pilotos pudientes. A medida que pasó el tiempo, las pruebas eran cada vez más frecuentes, lo que provocó que las marcas se fueran implicando y que más personas participasen. Pronto empezaron a sucederse nombres que se harían habituales con el tiempo: Mugello, Monza, Spa… El 14 de abril de 1929 se celebró el primer Gran Premio de Mónaco en el circuito urbano del principado, que se convertiría en uno de los más emblemáticos del calendario.
La siguiente fecha importante es 1947, cuando se fundó la Federación Internacional de Automovilismo (FIA). Este hecho aceleró los acontecimientos, y tres años después, tras la creación de un nuevo reglamento al que se acogieron todos los participantes, nació la Fórmula 1. A su vez, este Mundial desapareció en 1980, y dejó paso a dos campeonatos independientes, el de pilotos y el de constructores, por decisión del patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone. Estos dos campeonatos son los que se celebran hoy en día. Por tanto, aunque se celebraron previamente grandes premios, la Fórmula 1 en sí nació en 1950.
Así lo entendieron la FIA y Liberty Media, que celebraron 1000 grandes premios de Fórmula 1 el pasado 14 de abril de 2019, fecha del Gran Premio de China. Lo que está claro, sin embargo, es que 1950 fue una fecha clave, un primer paso fundamental hacia el ”Gran Circo” de masas que conocemos hoy. En los años siguientes, a medida que esta cita se fue consolidando en el calendario deportivo, cada vez más gente, entre pilotos, constructores y aficionados, se unió a ella, y hoy, no se concibe el deporte motor sin la Fórmula 1. Pero todo empezó el 13 de mayo de 1950 en Silverstone, en el ya famoso e histórico “Gran Premio de Europa”.

Entretelones:
El sábado 13 de mayo de 1950 tuvo lugar el 1er Gran Premio del Campeonato Mundial de F1 en la Base Aérea de Silverstone. Los ingleses de la época respetaban estrictamente el descanso dominical y los sábados se realizaban eventos deportivos.
Por lo tanto, la práctica cronometrada se llevó a cabo el viernes en presencia de todos los equipos líderes de la época excepto la “Scuderia Ferrari”.
El citado Gran Premio tuvo 23 inscritos entre los que predominaron los británicos y franceses, pero también italianos, un belga, un monegasco, un irlandés, un tailandés, y por supuesto, un argentino.
Los italianos entraron a la pista con 4 Alfa-Romeo y 6 Maserati, los franceses con Talbot-Lago alinearon 5 autos, el resto de los inscriptos lo forman equipos ingleses: Alta y ERA. Las pruebas están dominadas por Alfa-Romeo cuyos 4 autos ocuparán la primera fila, logrando Farina la «pole position» en 1 m.50s.8/10° (151,051 km/h de media) por delante de Fagioli y Fangio. Alfa-Romeo alinea el equipo de «3 FA»: Fagioli, Fangio y Farina y para este Gran Premio el inglés, Reg Parnell que lo larga por 4ª vez. Detrás las demás escuadras parecen reducidas a la figuración.
La lista de inscritos podía ser buena entonces, pero es aún mejor, vista con perspectiva. Cuatro Alfa Romeos oficiales, pilotados por Juan Manuel Fangio, Giuseppe Farina, Luigi Fagioli y Reg Parnell. El equipo italiano era el favorito para la victoria, aunque también había que tener en cuenta a los franceses de Talbot-Lago, con Louis Rosier entre otros al volante, así como la gran afluencia de los Maserati, con hasta siete autos.
Alfa Romeo llegaba a Silverstone con muchas opciones de vencer. En las pruebas clasificatorias, ya demostraron de lo que eran capaces, obteniendo las cuatro primeras posiciones. La “Scuderia Ferrari” aún no tenía listos sus autos, que debutarían en Mónaco. Felice Bonetto fue el único piloto que no tomó parte en la clasificación y no tomo parte en la carrera.

La carrera:
En este día tan señalado, el de la carrera, El Rey Jorge VI, (la futura Reina Isabel II) de Inglaterra, la Princesa Margaret y los condes de Mountbatten de Burma estuvieron presentes, la familia real sigue el acto desde sus gradas, pero la ausencia de Ferrari, la estrella emergente del automovilismo, quita mucho interés a esta carrera Desde el principio, Fagioli fue cortés con el «hombre de la pole» y los Alfa-Romeo ocuparon los primeros 4 lugares. En la primera vuelta, Farina tomó la delantera por delante de Fagioli, Fangio y Parnell, seguidos de Bira (Maserati), de Graffenried (Maserati), Martin (Talbot-Lago), Giraud Cabantous (Talbot-Lago), Rosier (Talbot-Lago ), Etancelin (Talbot-Lago), Gerard (ERA), Harrison (ERA), Hampshire (Maserati), Murray (Maserati), Chiron (Maserati), Claes (Talbot-Lago), Crossley (Alta), Kelly (Alta) , Fry (Maserati), Johnson (ERA) y Walker (ERA).
En la segunda vuelta «Nino» Farina establece el récord de vuelta en 151,324 km/h. En la vuelta 10, Fagioli tomó la delantera por delante de Farina, Fangio y Parnell, luego Bira (a los 25s), de Graffenried (a los 44s) y más adelante Martin (que se retiró con una presión de aceite baja), Giraud Cabantous, Rosier y Etancelin.
Desde la 2da vuelta Johnson se retiró por falla del compresor, en la 4ta vuelta fue Walker quien rompió su caja de cambios en su ERA.

Excelente carrera por la salud de los Alfa-Romeos que, salvo Fangio, debió desertar. Las deserciones se suceden: Martin (Talbot-Lago) en la vuelta 11, presión de aceite. En la vuelta 16 Farina recuperó el liderato, en la vuelta 24 Louis Chiron (Maserati) rompió el embrague y en la vuelta 35 Graffenried fundió una biela. En la vuelta 38, Fagioli recuperó brevemente el liderato de la carrera, pero en la siguiente vuelta, Farina lo superó y ya no estaban tan juntos.
La carrera se convierte en una ronda monótona salpicada de abandonos: Crossley en la vuelta 43 por la transmisión, Murray en la vuelta 44 rompe su motor y Bira en la vuelta 49 se rinde con una presión de aceite que baja.
En la vuelta 50 los 4 Alfa-Romeo tomaban la delantera en la carrera, Giraud Cabantous era quinto a 2m24s por delante de Rosier, a 3m14s. Notamos el abandono de Kelly y más importante, el de Juan Manuel Fangio, en la vuelta 62 con un tubo de aceite roto. Los tres Alfa-Romeo restantes terminaron en los tres primeros lugares, con Farina ganando a un promedio de 146,378 km/h.
El Rey Jorge VI, la reina madre y Lord Mountbatten asisten al Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone.