Por: Oscar Filippi – Para: Prensa OHF
Vivimos un momento donde el entorno marítimo está tomando un mayor protagonismo cada día. En lo personal me gusta decir que el Siglo XXI será el Siglo del Mar. La libertad de los mares es fundamental para el desarrollo de los pueblos y adquiere una mayor importancia en el actual mundo globalizado. Pero esta libertad también permite que florezcan actividades ilegales que no solo amenazan el comercio marítimo, sino que también afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos. La lucha por la explotación de los recursos marinos, la inmigración ilegal, el tráfico de drogas, la contaminación de los mares y muchos otros son particularmente sentidos en los países ribereños, en contacto directo con el mar y dependientes de él.
Pero las responsabilidades en el entorno marítimo no son exclusivas de una Armada. Son muchos los organismos con competencias en diferentes asuntos relacionados con la mar: el desarrollo de una Marina Mercante, Fuerzas de Seguridad del Estado, Servicio de Vigilancia Aduanera, Salvamento Marítimo, administración portuaria y marítima, etc.
Sin embargo, las Armadas han sabido siempre hacer frente a las dificultades y en este Siglo no va a ser una excepción. Unas veces podrán navegar a un largo, otras tendrán que capear, pero, en cualquier caso, deberán alcanzar los mayores estándares de alistamiento y adiestramiento para cumplir las misiones que se les encomienden y entre ellas, aunque parezca mentira, la piratería en el mar, es uno de los peligros a enfrentar.

La Piratería en los Siglos XX y XXI:
La piratería es una práctica de saqueo organizado o ataque delictivo marítimo, probablemente tan antigua como la navegación misma. Consiste en que una embarcación privada o una estatal amotinada ataca a otra en aguas internacionales o en lugares no sometidos a la jurisdicción de ningún Estado, con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, convertirlos en esclavos y muchas veces apoderarse de la nave misma. Su definición según el Derecho Internacional puede encontrarse en el artículo 101 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Durante el Siglo XX, la piratería, ejercida de forma sistemática, está concentrada a reductos del Tercer Mundo. Los países que, se estima, albergan más piratas son Somalia, Indonesia y Malasia. En especial alrededor de Asia y en particular en el estrecho de Malaca, un estrecho canal entre Singapur, Malasia por al noreste e Indonesia al suroeste. En 2004, los gobiernos de éstos tres países acordaron incrementar la protección de las naves que lo atravesaban.
En el siglo XXI, los ataques piratas se realizan con apoyo del GPS y se dedican a robar las cámaras digitales y otros objetos de valor a los turistas. Su zona de actuación sigue siendo las mismas que en el siglo XX (sureste asiático, el Cuerno de África principalmente), donde los Estados no tienen verdadera jurisdicción y, a veces, ni siquiera el poder para controlar a sus fuerzas, ya sean de seguridad o armadas.
Los actos llamados de piratería para barcos de gran tonelaje son muy escasos en el Atlántico, buena parte del Pacífico y de gran incidencia en la costa oriental de África. La piratería también afecta a las aguas de Somalia y Nigeria y, en menor escala, en algunas costas de América del Sur.

Se pueden citar:
Lancha con piratas somalíes a bordo.
Entre 1994 y 1995, Canadá y España mantuvieron una disputa, llamada “guerra del fletán negro”, cuando la marina de guerra del primer país atrapó y remolcó a uno de sus puertos a un pesquero de altura español cuando faenaba en aguas internacionales. El gobierno canadiense acusó a los pescadores españoles de expoliar el caladero de fletán negro. España consideró este apresamiento como un acto de piratería, a lo que respondió con el envío de un patrullero de altura de la Armada. Por su parte, Canadá amenazó con considerarlo un acto de guerra y unos pescadores ingleses capturaron otro pesquero español e izaron en él la bandera canadiense.
En 1995 varios barcos españoles apresaron un pesquero francés por faenar con redes ilegales de un kilometraje superior al permitido. Como en el caso anterior, Francia lo calificó como un acto de piratería.
En 2008 piratas somalíes capturaron, en el océano Índico, el buque petrolero más grande jamás secuestrado: el “Sirius Star”, que transportaba dos millones de barriles de petróleo a los Estados Unidos.

Producto de los continuos actos de piratería en la zona, la Quinta Flota de los Estados Unidos desplegada en la zona anunció la creación de una fuerza marítima multinacional denominada CTF-151 para enero de 2009 para enfrentar dicha situación. En ella participan 20 países y el área de operaciones comprende el Golfo de Adén, el mar Rojo, el Océano Índico y el mar Arábigo, ya que sólo en el 2008 se registraron alrededor de una centena de naves atacadas en las cercanías de la costa de Somalia. Por su parte, los piratas somalíes, autodenominados en un principio como “Guardia Costera Voluntaria de Somalia”, la mayoría pescadores, denuncian que los verdaderos bandidos del mar son los pescadores clandestinos que saquean nuestros peces, en clara alusión a los barcos pesqueros de países desarrollados, y recuerdan a su vez, el grave problema de contaminación que sufren debido al vertido de sustancias contaminantes (radioactivas entre ellas) que estos países realizan en su litoral.
En cambio, la piratería es un problema casi endémico en las aguas del sureste asiático. Para luchar contra ella, Japón y otras naciones de la zona realizan maniobras para entrenar a sus fuerzas en la lucha contra la piratería y el rescate de embarcaciones, como la llevada a cabo a principios de febrero de 2007.
Referencia popular:
En la imaginación moderna, los piratas eran rebeldes. Grupos inteligentes que operaban fuera de la ley y la burocracia de la vida moderna. La imagen de los piratas se asocia frecuentemente con el izado de la “Jolly Roger”, nombre de la tradicional bandera de piratas europeos y americanos, y un símbolo que ha sido adoptado por las grandes producciones cinematográficas.
¿Qué es la piratería contemporánea?:
La piratería, tan antigua como la propia navegación, sigue estando de actualidad hoy en día, causando pérdidas humanas y daños económicos estimados en miles de millones de Euros y/o Dólares todos los años. Y lo más preocupante, una actividad delictiva que se extiende por mares y océanos alrededor del mundo.
Los ataques aislados y circunscritos a áreas tradicionales de Indonesia, Filipinas o el Caribe, se han extendido y agravado en el Sudeste asiático, en particular el estrecho de Malaca, el sur del mar Rojo, el golfo de Adén y las costas de Yemen, Somalia y Zanzíbar. En África occidental, el golfo de Guinea, Nigeria y Camerún y en América del Sur, ocasionalmente en puntos de Brasil o Venezuela.
La primera conclusión que hay que tener en cuenta, es que en las zonas de riesgo todas las embarcaciones son objetivo potencial de los piratas. Desde los pequeños yates de recreo, pasando por los pesqueros, hasta los grandes buques mercantes y superpetroleros.
Sirva como ejemplo el episodio sufrido por el yate “Tanit”, secuestrado en 2009 a 640 kilómetros de la costa somalí, después de haber sido advertido en repetidas ocasiones del riesgo que corría navegando por esa zona. A bordo del velero viajaban cuatro adultos y un niño de tres años. Uno de los rehenes moriría en el asalto de los militares franceses, al igual que dos de los secuestradores, mientras otros tres asaltantes fueron detenidos.

El buque por el que se ha pagado el mayor rescate hasta la fecha, es el petrolero de bandera surcoreana, “Samho Dream”. En noviembre de 2010 se abonaron seis millones y medio de euros por su liberación y la de la tripulación. Por tanto, no es de extrañar que organizaciones terroristas y bandas criminales de toda índole, incluso de aquéllas que no tenían experiencia previa en el mar, se hayan lanzado a participar en este perverso y lucrativo negocio.
El Derecho del Mar y la Piratería:
Desde el punto de vista del Derecho del Mar, la piratería es un delito que se ejerce con depredación para los buques y sus mercancías o violencia hacia las personas, dentro del espacio marítimo, por la dotación de un barco situado fuera de toda jurisdicción nacional.
La represión de la piratería constituye una excepción a la norma general, según la cual los barcos que naveguen por alta mar, solo estarán sometidos a las leyes del país cuyo pabellón arbolen.
Este tipo de sucesos son muy difíciles de prevenir y combatir, debido a las amplias extensiones marinas que se ven afectadas. El rastreo de los flujos financieros, resultado del pago de los rescates, es uno de los principales retos que afrontan los organismos que combaten esta práctica delictiva.

La actividad de los grupos piratas varía dependiendo del grado de organización de los mismos. Desde aquellos que solo tienen capacidad de actuar cerca de las costas, sobre barcos de pequeño calado y cuyo único objetivo es el robo de dinero, dispositivos electrónicos u objetos personales, hasta las bandas más estructuradas que tienen disposición de ejecutar las acciones sobre cualquier tipo de buque.
La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar del 10 de diciembre de 1982 establece el deber de los Estados de cooperar en la persecución de la piratería.
ARTÍCULO 101:
Constituye piratería cualquiera de los actos siguientes:
a) Todo acto ilegal de violencia o de detención o todo acto de depredación cometidos con un propósito personal por la tripulación o los pasajeros de un buque privado o de una aeronave privada y dirigidos:
Contra un buque o una aeronave en alta mar o contra personas o bienes a bordo de ellos;
Contra un buque o una aeronave, personas o bienes que se encuentren en un lugar no sometido a la jurisdicción de ningún Estado;
b) Todo acto de participación voluntaria en la utilización de un buque o de una aeronave, cuando el que lo realice tenga conocimiento de hechos que den a dicho buque o aeronave el carácter de buque o aeronave pirata;
c) Todo acto que tenga por objeto incitar a los actos definidos en el apartado a) o el apartado b) o facilitarlos intencionalmente.

ARTÍCULO 103:
Definición de buque o aeronave pirata:
Se consideran buque o aeronave pirata los destinados por las personas bajo cuyo mando efectivo se encuentran a cometer cualquiera de los actos a que se refiere el artículo 101. Se consideran también piratas los buques o aeronaves que hayan servido para cometer dichos actos mientras se encuentren bajo el mando de las personas culpables de esos actos.
2014 Informe conocido sobre piratería mundial:
En el informe sobre piratería correspondiente al año 2014, publicado por la Oficina Marítima Internacional (IMB, por sus siglas en inglés), se recogen las cifras oficiales de los ataques realizados contra buques de transporte de mercancías en todos los océanos.
Se contabilizaron un total de 245 casos, de los cuales 21 finalizaron con el secuestro de los buques. Las tentativas fallidas de abordaje fueron 224 y en 13 ocasiones los barcos consiguieron escapar después de ser ametrallados. Cuatro tripulantes resultaron muertos, además de 13 marineros heridos y otros 9 secuestrados.
Según estos datos, el 75% de estas acciones se produjeron en el sudeste asiático, lo que supone un aumento del 22% respecto al año anterior.
Sin embargo, existe la certeza de que las cifras no reflejan la realidad de los acontecimientos. Los armadores no denuncian muchos de estos incidentes, ya sean abordajes o los intentos fallidos, especialmente en aguas de África occidental, para evitar las largas tramitaciones y paradas de los buques en los puertos o para soslayar el aumento en las primas de cobran las aseguradoras.

En las peligrosas aguas próximas a Somalia, la actividad pirata se ha reducido en un 70% desde que, en diciembre de 2008, la Unión Europea impulsara la “Operación Atalanta” para la lucha contra la piratería y el robo a mano armada. La seguridad privada que incorporan los buques y la cada vez mayor colaboración de las autoridades somalíes han sido cruciales en este cambio de tendencia.
La reducción de la piratería en esta área es de gran significado, debido a que son las bandas mejor organizadas y experimentadas, disponen de infraestructuras adecuadas y son especialmente temidos por la violencia que demuestran en sus acciones. Abordan a sus presas tanto de día como de noche en dos o más esquifes que navegan a 25 nudos de velocidad. Una vez tomado el control del barco cortan o destruyen los sistemas de comunicación y posicionamiento, permaneciendo en los buques secuestrados junto a los rehenes el tiempo necesario hasta cobrar el rescate.
De forma reciente se ha incrementado el riesgo en el golfo de Guinea, especialmente por la actuación de piratas nigerianos, muchos de ellos antiguos miembros de la fuerza naval, que manifiestan su preferencia por los mercantes. Después de hacerse con el dominio del buque, transfieren la carga a pequeñas embarcaciones propias para llevarlas a la costa donde la desembarcan.

Las embarcaciones de recreo:
Las embarcaciones de recreo, especialmente los veleros, deben evitar navegar por las zonas de riesgo, por ser los más vulnerables ante este tipo de ataques. En una tendencia que crece año tras año, cientos de yates sufren el abordaje o el acoso de los piratas, a veces simples saqueadores o meros oportunistas, que se han percatado de lo fácil que resulta asaltar un pequeño barco, para desvanecerse a continuación en la inmensidad marina o en las costas de las islas e islotes de los archipiélagos.
No olvidemos que decenas de veleros desaparecen todos los años sin dejar rastro y nunca se vuelve a saber de ellos. Aunque las causas obedecer a distintas motivaciones, no se descarta que una de ellas sea la piratería.

En los últimos años, cada vez más navegantes deciden llevar pistolas o escopetas de caza para hacer frente a posibles amenazas. Sin embargo, cabe recordar que esta medida no representa por sí misma una garantía de éxito sustancial, siendo la buena planificación de la singladura la mejor prevención.
En la línea de dotar de respaldo jurídico a esta práctica, desde 2012 a los yates de bandera británica se les reconoce el derecho a llevar armas, incluidos fusiles de asalto, cuando naveguen por zonas potencialmente peligrosas. Sin embargo, las legislaciones de muchos países no reconocen esta facultad, por lo que habrá que valorar si es conveniente navegar por las aguas jurisdiccionales de estas naciones.
Increible pelea en el mar entre piratas y la SPSG !No podrás creer cómo termina!!!