1982 – 4 DE MAYO – 2023
Por: INSTITUTO AERONAVAL
Publicado por: Prensa OHF

Hace 41 años atrás a las cuatro horas y cuarenta y cinco minutos del 2 de abril de 1982, se iniciaba la operación Rosario. Nombre hoy conocido por todo el pueblo argentino y que fue la operación de recuperación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias y Shetland del Sur.
Comenzaba así una gesta, una epopeya de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, que nos llevaría a enfrentar a las tropas de la Corona Británica, cumpliendo la orden de no causarle bajas y finalizar así con la usurpación de facto que se daba hacía más de 149 años.
Esta orden no fue sencilla de cumplir y pese a todos los cuidados y previsiones, debimos honrarla con la sangre de nuestros primeros cuatro héroes, el Capitán de Corbeta Comando Anfibio Pedro Giachino en Malvinas y el Cabo 1° Patricio Guanca y los conscriptos Mario Almonacid y Jorge Aguila en Georgias.
Allí en Georgias ocurriría también, el bautismo de fuego de la Aviación de la Armada, nuestra Aviación Naval, al defender por la maniobra y el fuego, a un helicóptero del Ejército Argentino que trasladaba tropas para la recuperación de Grytviken y que cayó averiado bajo el fuego de la tropa británica.
Se desató entonces una crisis diplomática muy profunda que devino en una la escalada militar, que provocaría por exclusiva decisión de la Corona Británica una guerra convencional en los meses de mayo y junio.
En ese mes de abril del 82 tuvimos que mediante el esfuerzo y la creatividad recuperar aviones de ataque fuera de servicio, completar inspecciones de aviones exploradores, desarrollar en nuestros talleres sistemas de guerra electrónica, señuelos chaff artesanales e instalar sistemas de navegación de precisión en todas las plataformas posibles, tanto aviones como helicópteros.
Compartimos todo nuestro saber sobre el reconocimiento y ataque a buques en el mar con nuestros camaradas de la Fuerza Aérea Argentina y en el mayor y más absoluto de los secretos alistar el recién llegado avión Super Etendard con su misil Exocet AM-39 con un esfuerzo excepcional de nuestro personal sin distinción de jerarquías.
El día 01 de mayo y siendo las cuatro horas y cuarenta minutos, un bombardero estratégico Vulcan del Reino Unido inició las acciones de combate del enemigo, bombardeando la pista del aeropuerto de Puerto Argentino. Simultáneamente y durante esas primeras horas de incertidumbre, tres vuelos consecutivos de aviones Tracker despegados de nuestro portaaviones volando por debajo de los lóbulos radar y desafiando las amenazas antiaérea y contraérea, ubicaban con precisión al grupo de batalla británico, dándole así al Comandante Naval Argentino, una ventaja táctica extraordinaria.
La Armada había decidido, aún a riesgo de tener que enfrentar una amenaza superior por su movilidad y volumen de fuego, el submarino nuclear y el grupo británico que la duplicaba, estar en el mar en actitud y aptitud para enfrentar la batalla aeronaval. Sabía de la presencia de varios submarinos, pero aun así mantenía una actitud ofensiva.

Porque nuestra esencia era ofensiva porque teníamos en claro que habría una sola oportunidad para buscar la definición con un primer golpe, respondiendo con toda nuestra energía al planteo del enemigo.
Pero lo que no sabíamos, era que desde la República hermana del Perú se estaban realizando los mayores esfuerzos para lograr un “alto al fuego” en las acciones de combate recíprocas y eso condicionaba en ese momento la respuesta militar de nuestro país.
Su Presidente el Dr. BELAUNDE TERRY, había tenido éxito en esas gestiones al quedar fijada una reunión en la ciudad de Lima el día 02 de mayo a las 18 hs para tratarlos.
Pero al llegar las 16 horas, el enemigo descargó un ataque mortal sobre el crucero ARA Gral. Belgrano y con ello hundió la Paz. La retirada de las fuerzas británicas hacia el sudeste y la falta de viento hicieron imposible un ataque aeronaval como respuesta. En esos difíciles momentos todas las unidades con base en tierra de la Aviación Naval salieron en búsqueda de los sobrevivientes del crucero y los encontraron al día siguiente.
Estábamos definitivamente en guerra y la fuerza británica alejada hacia el este tenía a su alcance a Puerto Argentino pero a su vez estaba fuera de nuestros radios de acción excepto en los breves períodos en que alguno de sus buques con artillería se acercaban para hostigar mediante el fuego de su artillería nuestra posiciones.
La cacería de nuestro portaaviones había comenzado, el buque navegaba hacia aguas poco profundas esperando una nueva oportunidad favorable para desplegarse. Entre el día 03 y la madrugada del 04 mientras navegaba hacia el oeste, sus medios de protección antisubmarina, los helicópteros Sea King y Aviones Tracker evitaron que el submarino nuclear HMS Splendid que estaba próximo, alcanzara a lanzar un ataque sobre él.
Simultáneamente el Neptune 2P112, estaba más al sur en un vuelo de búsqueda antisuperficie, su tarea era despejar el camino para el cruce de tres C-130 hacia Puerto Argentino, pero siendo las 07:10 su operador radar localizó un contacto que luego confirmó con el análisis de las señales electrónicas que de él provenían, clasificándolo como un destructor tipo 42. A partir de ese momento mantuvo la exploración en contacto, sabiendo que estaba en ese lugar bajo la amenaza de las patrullas aéreas de combate británicas.
Con toda esa información el Comando de Aviación Naval ordenó una misión de ataque para los aviones Super Etendard con el misil Exocet. Era la primera vez en la historia del combate naval moderno que un avión explorador y una sección de aviones de ataque con misiles se combinaban en un perfecto trabajo en equipo para atacar un blanco vital en el núcleo de una Fuerza Naval.
Esto se convertiría en una de las espadas eficaces de nuestro país para el ataque antibuque, haciendo dudar a los británicos en varias oportunidades del resultado de la batalla.
Los Super Etendard despegaron en absoluto silencio a las 09:44 para reunirse con un avión tanque KC-130 de nuestra Fuerza Aérea, y luego de ser reabastecidos iniciar su perfil de ataque, perfil desarrollado en la propia Escuadrilla. Se iniciaba así una de las acciones más trascendentes de este conflicto.
A las 10:35 se actualizó la posición del blanco y a las 11:04 llegó el momento final para el destructor HMS Sheffield.

Los impactos de ambos misiles fueron demoledores y el mejor y más moderno buque de defensa aérea británico, quedaba fuera de servicio para hundirse días después.
La Armada Argentina, a través de su Aviación Naval había hundido el primer buque británico en combate desde la Segunda Guerra Mundial y nuestra Nación que siempre se había manifestado paciente y pacífica demostró que no estaba indefensa.
La guerra continuó y la Armada empeñó de la mejor manera los medios de todos sus componentes buscando siempre la oportunidad de entrar en combate. Cada uno de ellos fue resilente y se empleó de manera permanente para tener éxito aún con todas las probabilidades en contra.
El resultado nos fue adverso, pero esa adversidad coronó en abnegación y sacrificio, en definitiva, en un infinito amor por nuestra Patria, sus habitantes y nuestros derechos soberanos.
Todas sus unidades se aprestaron para la batalla y su Aviación Naval cumplió con todas las órdenes y misiones recibidas, cruzó a las islas siempre que fue posible, operó desde allí con aviones de escuela y reactores de entrenamiento por ser estos los únicos que podían utilizarse en la pista que existía. Realizó rescates épicos con helicópteros, cuidó las espaldas en Tierra del Fuego, aseguró que no hubiera buques trampa antiaéreos esperando el cruce de aviones argentinos de todas las fuerzas. Y pegó y pegó y siguió pegando duro cada vez que pudo, junto a las otras fuerzas Armadas. Testigos mudos son la Ardent, la Antelope, la Antrim, el Atlantic Conveyor, el Invencible, la Pradera del Ganso y el estrecho de San Carlos.
Por eso al fijar este día, se lo pensó para hablar del tremendo y maravilloso equipo de combate que la Aviación de la Armada, su Aviación Naval, llevó a la batalla luego de años de preparación, análisis de tácticas, técnicas y procedimientos y un severo y persistente entrenamiento.
Eso significa el Día de la Aviación Naval y así lo reconoce la Armada toda, esa Armada única, indivisible, indisoluble que combatió en la superficie del mar, debajo de él, en la turba malvinense y en el aire. No existe otro pensamiento ni criterio operacional que implique hablar de otra cosa que no sea, la Armada Argentina en combate, ella fue con los medios disponibles donde se le ordenó y nosotros los Marinos que volamos desde la costa y desde el mar ofrendamos allí a nuestros mejores hombres:

Capitán de Corbeta Carlos ZUBIZARRETA
Teniente de Fragata Marcelo MÁRQUEZ
Teniente de Fragata Carlos BENITEZ
Teniente de Corbeta Daniel MIGUEL
Suboficial Mayor Ramón BARRIOS
Suboficial Segundo Roberto LOBO
Cabo Primero Pedro VENDRAMIN
Cabo Segundo Claudio GRIMOLDI
Cabo Segundo Sergio ISELLI
En ustedes la Aviación Naval tiene el mejor ejemplo de Honor y Sacrificio, que un hombre de armas puede entregar, ustedes son los paladines en que las futuras generaciones de hombres de mar se verán reflejadas, ustedes nuestros hermanos caídos en batalla estarán siempre en la memoria de los Veteranos que
compartimos sus vidas.
Ustedes desde las cabinas de sus aeronaves serán los líderes de nuestras futuras formaciones de combate y el resto volará en formación cerrada para buscar la Victoria, único objetivo a alcanzar una vez comenzada la pelea.
Este día sirve y servirá para demostrar que la Aviación Naval, estuvo y estará siempre dispuesta y preparada para Defender nuestra Nación, nuestra Constitución y a todos sus habitantes.
Muchas gracias.
JUAN JOSÉ MEMBRANA CN VGM (RE)
PRESIDENTE
INSTITUTO AERONAVAL ©2023
EN NUMEROSAS OPORTUNIDADES LA ARMADA HA TENIDO QUE ENTRAR EN OPERACIONES CON TODOS SUS COMPONENTES Y LO HA TENIDO QUE HACER A SANGRE Y FUEGO. SIEMPRE EN SITUACIONES DE MUCHA COMPLEJIDAD Y CON UN ENEMIGO POSEEDOR DE UNA DE LAS FLOTAS MÁS IMPORTANTES Y OCUPANTE DE TERRITORIO ARGENTINO.
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