1990 – 25 de SEPTIEMBRE – 2021
ARMADA ARGENTINA

La “Operación Alfil” (En inglés: “Operation Bishop”) fue la participación de la Armada Argentina, en la ejecución de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Irak en 1990, siendo estas la N.º 661 (embargo total), 665 (uso de la fuerza para imponer sanciones económicas) y 678 (uso de la fuerza para liberar Kuwait), en el marco de la “Operación Escudo del Desierto”.
Tales determinaciones fueron consecuencia de la invasión por parte de las tropas iraquíes de Saddam Hussein al Emirato de Kuwait el 2 de agosto de 1990, anexando este país a su territorio.
Antecedentes:
El 18 de septiembre de 1990, el presidente argentino Carlos Menem ordenó el alistamiento de embarcaciones para apoyar la Operación Escudo del Desierto dentro de la Guerra del Golfo. Para llevar a cabo la operación, se creó el Grupo de Tarea 88.0, bajo el mando del Capitán de Navío Eduardo Rosenthal.
Durante el transcurso del conflicto, los argentinos mostraron su descontento por la intervención militar a Irak. En una encuesta se reveló que cerca del 98% de los encuestados rechazaban la incorporación de Argentina a la coalición.
Grupo de Tareas 88.0:
Destacado a las órdenes del Capitán de Navío Eduardo Alfredo Rosenthal, estuvo compuesto por el destructor ARA Almirante Brown (D-10) y la corbeta ARA Spiro (P-43), más dos helicópteros Alouette III (matrículas 3-H-109 y 3-H-112) integrantes de la Primera Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros de la Armada Argentina.
En el escaso tiempo de una semana se alistaron ambas unidades, y el 25 de septiembre de 1990 zarparon. Para llegar al área de operaciones se eligió una ruta prima facie más larga, a través de la costa africana y el mar Mediterráneo, pero que permitió tener cerca puntos de eventual apoyo logístico. A su vez, permitió incorporar equipos de comunicaciones de la Armada de los Estados Unidos en la base de Rota (España) y efectuar el degaussing (medición y calibrado de firma magnética para la guerra de minas) en el polígono de La Spezia (Italia).
Durante la Operación Escudo del Desierto (hasta el 15 de enero de 1991), la misión era de control del tránsito marítimo y cumplimiento del embargo de materiales, mercadería y carga que fuesen o que provinieran de Irak o Kuwait. Desde el 15 de enero de 1991, la misión se amplió al mantenimiento de las líneas de comunicaciones marítimas para las fuerzas de la Coalición, patrulla de área en soporte de dichas fuerzas y escolta del tren logístico desde Omán hasta la costa kuwaití, donde estaban en estación permanente los buques capitales (portaaviones, cruceros, portahelicópteros) de la coalición. Esta ampliación de la misión original fue permitida por la Ley 23904 del Congreso de la Nación Argentina, que facultó al Poder Ejecutivo Nacional para autorizar una participación más activa en las operaciones.
Las estadísticas totales de misión dejaron un total de 570 interceptaciones y 17 misiones de escolta, cubriendo escolta de 29 naves de la coalición. Estas misiones implicaron que el GT abriese fuego en 4 ocasiones. En cuanto a la sección destacada de la Primera Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, ésta realizó 67 vuelos. Un accidente operativo (falla de turbina), afortunadamente sin víctimas, redujo el parque aéreo del GT a un solo aparato. La aeronave accidentada fue rescatada, pero se consideró su reparación demasiado onerosa.
Corbeta “Tipo Meko 140” (P-43) ARA “Spiro”, componente del Grupo de Tareas 80.0
Corbeta “Tipo Meko 140” (P-42) ARA “Rosales”, componente del Grupo de Tareas 80.1
Particularidades de las Operaciones:
Se operó junto a buques de las Armadas Belga, Española, Inglesa, Australiana, Canadiense, Danesa, Noruega, Estadounidense, Francesa, Italiana y Holandesa. En el plano comunicaciones se logró un nivel aceptable de interacción de equipos mas no el óptimo. Ello impidió que el GT 88.0 pudiese efectuar misiones en la boca Norte del Golfo, cerca de la costa Kuwaití. Sin embargo, cabe destacar que el GT 88.0, pese a esta limitación, intervino más al norte que, por ejemplo, la Royal Canadian Navy o la Royal Australian Navy, sin desmerecer la tarea de estas dos Armadas, con las que se crearon nuevos lazos profesionales. El mayor problema de compatibilidad se dio en el reabastecimiento de combustible, dado que el GT 88.0 usaba el sistema NATO “Quick Release” mientras que los buques cisterna usaban como standard el RAS “Refuelling Along Side Probe”, lo que obligaba al cisterna, a cambiar sus sondas en cada operación.
En cuanto a los sistemas de armas de a bordo, se agregaron cañones de 20mm sobre las bandas como medio de defensa contra ataques terroristas, de buzos o de embarcaciones menores, principalmente en las entradas y salidas a puerto, donde los buques son más vulnerables. Dichas medidas fueron acertadas, pues este es un peligro permanente en esa sensible región, como lamentablemente se comprobó hace unos años en Yemen. En otros sistemas, se modificó el software SEWACO para tener una respuesta automática a la amenaza misilística, dado que Irak hacía uso profuso del misil antibuque AM-39 Exocet, arma cuya letalidad la Armada Argentina conocía por ser de dotación de los Super Etendards de la ARA que hundieron al HMS Sheffield y al ACL Atlantic Conveyor en el conflicto del Atlántico Sur. A su vez, se recorrieron los sistemas de guerra Nuclear, Bacteriológica y Química (NBQ).

Grupo de Tareas 88.1:
Destacado a las órdenes del Capitán de Navío Rodolfo Hasenbalg, estuvo compuesto por la corbeta ARA Rosales (P-42) y el transporte ARA Bahía San Blas (B-4).
La corbeta P-42 cumplió misiones de patrullaje y escolta, agregada al comando naval multinacional. Dicha nave logró unas 326 intercepciones. Posteriormente, realizó maniobras combinadas con las armadas española, inglesa y estadounidense. La Rosales recibió apoyo logístico de buques franceses y australianos.
El Bahía San Blas transportó elementos de ayuda humanitaria, como víveres, agua, trigo, etc.
En julio, el GT 88.1 regresó a la Argentina, concluyendo su misión.
Consecuencias:
Una vez ejecutada exitosamente la Operación Tormenta del Desierto, la bandera argentina encabezó el desfile de la victoria en la ciudad Nueva York y le valió al país el reconocimiento de Aliado importante extra-OTAN, por parte de los Estados Unidos.
Por otra parte, el entonces presidente Carlos Menem declaró que es posible que la participación de la República Argentina en esta operación está relacionada con los ataques terroristas de la embajada de Israel y la mutual judía AMIA en la década de los 90.